¡“BONJOUR TRISTESSE”!, insigne Sr. D. Cristiano Ronaldo.
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Los seres humanos nos semejamos a los robles. Un roble, después de nacer, parece sentirse alegre y orgulloso; va creciendo en un claro de los montes y se yergue audaz sobre la tierra que le ha visto nacer.
En este planeta Tierra, más o menos, todos cumplimos las mismas funciones básicas:
1ª -Nacemos.
2ª -Vivimos sufriendo emociones…, unas dolorosas, desaboridas otras, y las menos gozosas…, pululando entre agitaciones cuya causa es difícil presumir.
3ª -Procreamos otros seres semejantes a nosotros. Y…,
4ª -Al morir, desaparecemos pese a los últimos esfuerzos de nuestro Saber y Razón.
Siendo esto así…: Se debiera objetivar una igualdad para todos y entre todos los peregrinantes en el infinito abdomen del Cosmos. Y no siendo así, ¿cómo se explican algunas cosas?
Usted por ejemplo, Sr. Ronaldo, tiene un sueldo al año de 10 millones de euros. Siendo usted buena gente y, a pesar de ser muy joven, ya es usted un hacendado ricachón. Entre los asalariados de toda España, estoy seguro de que nadie le supera, ni de coña. Usted gana infinitamente más que cualquier médico, cirujano, patólogo o hematólogo, quienes después de una larga y singular carrera, trabajan muchas horas al día para salvarnos de una muerte prematura. Usted gana cincuenta, sesenta, setenta u ochenta veces más que cualquier funcionario del Estado. Todos los funcionarios, según el nivel, necesitan de una preparación “ad hoc”; además de superar unos exámenes u oposiciones, en muchos casos durísimas. Nada de eso se le presupone ni se le ha exigido a usted. Usted embolsa 10 millones de euros por temporada, sólo y exclusivamente porque sabe pegarle patadas a un balón. A pesar de que, en algunas ocasiones, de vez en cuando, usted también falla al chutar un penalti.
Repito; me cae usted bien, parece ser buena gente a pesar de estar forrándose de dinero.
Lo que sí me ha sorprendido un montón es que, (excluyendo a Mesi), siendo usted, de entre todos cuantos pisamos suelo español, el que más gana al año en cuanto sueldo…, resultando ser un privilegiado que muchos desearan para sí, acontezca que a usted se le vea apesadumbrado y triste.
No lo entiendo.
Yo lo imaginaba a usted como a un Carlomagno, rey de los francos y emperador de Occidente, además de creador de la llamada Marca Hispana. Lo imaginaba a usted como a Ciro II El Grande apoderándose de Babilonia y poniendo fin a la cautividad de los judíos. ¿Cómo se explica esto, Sr. Cristiano Ronaldo? ¿Acaso tiene usted las plumas mayores que el nido y desea levantar el vuelo para irse a donde le pagan todavía más?
¿Lo ve usted…? Vivimos en un mundo que rebasa la Razón.
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¿EXPLICACIÓN?
Personajes más o menos AFORTUNADOS como Cristiano Ronaldo, hace años, paseaban su “TRISTEZA” o quizás su “HASTÍO” por las terrazas más lujosas de Vía Véneto, en el centro de Roma. A dos pasos de allí, el “Palazzo Barberini” y el “Palazzo Venezia” desde cuyos balcones Mussolini arengaba a los romanos.
En ese mismo espacio que acabo de señalar, ahí situaba Michelangelo Antonioni a la clase pudiente de la sociedad romana. Entre evasiones amorosas y jolgorios múltiples, todos arrastraban su hastío a lo ancho y a lo largo de Via Vénetto.
En sus películas “La Notte ”, “El Eclipse”, “L’avventura”, “Il Grido”, “Crónica de un amor” y otras más, Michelangelo Antonioni buscaba conocer y transmitir en imágenes cuál era y cómo transcurría ese deseo capaz de mover la vida de los hombres, y las razones que pudieran justificar ese “modus vivendi”. Pero sólo encontraba el absurdo de vivir y la sinrazón de todo deseo.
Los protagonistas de “Crónica de un amor”, lo que desean es el crimen. Primero la muerte de la amante del hombre, luego del marido de la mujer. Y el azar o destino (¿quién sabe?) les daba los dos crímenes hechos, y gratuitos. Les regalaba la muerte que ellos necesitaban para su vida. Nada menos. Pero tampoco les valía. ¿Por qué? Porque las clases altas de la Sociedad lo tienen todo, luego no necesitan nada necesitándolo todo, que es igual. Los carcom el “hastío”, ese calabobos o especie de llovizna muy fina y continua que te cala hasta los huesos. Le llamamos “TRISTEZA”.
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Las clases altas de una sociedad desconocen lo precario e irresoluto. Tienen siempre la solución a su alcance. Solución para todas las cosas. Les basta con levantar un teléfono para que sus hijos y los hijos de sus hijos consigan un alto puesto de trabajo, por ejemplo. Así se explica que los valores de las clases altas sean valores desolados. Su poderío y dominación les toca el alma en un sin fin y sin sentido, al tenerlo todo a mano, desconociendo las tristezas y el sufrimiento de las demás personas; creando una distancia en su Vida, distancia que separa sus deseos de los límites desesperadamente estrechos de su ser.
Las clases altas desconocen esa sutil correspondencia entre los paisajes del corazón y la precariedad de la vida de las gentes humildes.
Algo así -creo yo- acontece con Cristiano Ronaldo. Creyéndose ser un Dios, está TRISTE. A mí me recuerda eso que llamamos atardecer, cuando el sol vacila y comienza a esconderse detrás de las montañas hasta desaparecer. A partir de ese momento, en todos los hogares siempre hay alguien que se pregunta si esa noche pudiera ser feliz. Hay siempre algunos que discuten bajando la cabeza porque no les llega el dinero. Siempre hay alguien que, de noche, no puede conciliar el sueño porque está en paro y la subvención del Estado no les llega ni para comer.
No es éste su caso, Sr. Cristiano Ronaldo. Luego si indagáramos sobre las causas de su TRISTEZA, incluso pudiera resultar que todo es artificioso, un truco, vamos.
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Trucos que conocía muy bien Françoise Sagan.
Françoise Sagan (a quien François Mauriac le llamaba “Charmant petit monstre” =”Encantador pequeño monstruo”) en todas sus novelas (desde su primera fábula “Aimez-vous Brahms”, hasta “Sangre de Acuarela”, pasando por “La cama deshecha” y “BONJOUR TRISTESSE”…), en todas sus novelas –digo- no hay más ni menos que una sátira sobre la existencia insustancial de las clases altas de la Sociedad.
Las clases altas de la sociedad suelen vegetar enmarcados en la “metafísica del cerdo”, como acostumbraba a decir Giovanni Papini, autor de “La tragedia cotidiana”.
Ahora bien…,
Las clases pudientes, que no se privan de nada, apacientan sus instintos como si fueran encantadores cerditos; no al compás del ronroneo de su madre la cerda, sino palpando, sorbiendo, lamiéndose y magreando cuanto alcanzan sus hocicos. Consecuencia, muchas pupas y más de una “llaga”. Resultado: Fastidio, enfado, aburrimiento, “HASTÍO” y TRISTEZA.
Porque el “hastío” es el pórtico existencial de la “TRISTEZA”
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En el ABC de esta mañana acabo de leer: “CRISTIANO AMAGÓ CON MARCHARSE”, dando a entender que lo que cuenta es el cochino DINERO. Si con el Madrid gana 10 millones de euros, el “París Saint Germaín” así como el “Anzhi” de Rusia pueden pagar 95 millones más una ficha de 20 millones de euros al año. Y porque Florentino Pérez, reflexionando alucinado sin parar de darle vueltas a la cabeza, le hizo ver al jugador Ronaldo que se acercaba con la oferta de traspaso el día 1 de Septiembre, cuando el mercado de fichajes habíase cerrado el 31 de Agosto.
¡Pobre Ronaldiño! Lo siento. Su TRISTEZA, en bastantes seguidores del Real Madrid, quizás no esté provocando más que desdén.
César R. Docampo
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