"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 9 de julio de 2018

LA VERDAD, ESE ENIGMA DEL MUNDO.




LA JUVENTUD EN SU DESARROLLO: EL ESLABÓN PERDIDO.




Las mitologías, del modo como las comprendemos hoy, aparecen como testimonios, o, si se prefiere, como vestigios más o menos degradados de una situación antigua. Son la prehistoria espiritual de una sociedad. Y, en este sentido, se parecen a las lenguas: éstas, cuando las podemos conocer, habladas o fijadas en textos literarios, constituyen igualmente documentos procedentes de un pasado muy antiguo. Ahora bien, los linguistas han descubierto que, si se intentara retroceder tanto como fuera posible por el pasado de las diversas lenguas, no tardarían en aparecer parantescos entre ellas. Y, por eso, igual que en el siglo pasado se formó una  "lingüistica comparada", se ha formado también, aunque más tardiamente, una  "mitología comparada".

La verdad es que este nombre es bastante antiguo, pero no debe inducirnos a error. En principio designaba algo muy diverso de esa  "genética de los mitos" a que aludimos, y que es una ciencia muy reciente. En otro tiempo se aplicó a lo que a veces se llama el  "método etnográfico", que se apoya en postulados enteramente diferentes. Desde mediados del siglo X1X, en efecto, los especialistas en mitología y folklore se sorprendieron ante las semejanzas que observaban entre mitos que procedían de épocas y medios muy diversos. En particular, los etnógrafos encontraban entre los  "primitivos" algunos mitos análogos a los de la mitología clásica, la que, mejor conocida, servía en cierto modo, de patrón: Diluvio universal, sucesión de generaciones  divinas, producción de la raza humana a partir de la tierra, etc., todo lo cual daba lugar a explicaciones construidas sobre esquemas semejantes.

Por tanto, se sintió la tentación de establecer, sobre esas semejanzas formales, comparaciones sistemáticas, y considerar que existía un lenguaje mítico universal y que las diferencias observadas entre los diversos dominios procedían solamente de circunstancias fortuitas o del diferente estado de desgaste o de evolución de las diversas mitologías. Así se hizo trivial explicar el mito de Roma por una vestimenta de Surinam o de otro sitio; una leyenda griega por un rito polinesio o africano.

Este método hizo surgir obras tan importantes como "La Rama de Oro", de Sir George Frazer, en el que se estudian ciertos esquemas míticos considerados como fundamentales, y, por tanto, como capaces de aparecer en los ámbitos más alejados. Se obtuvo así una mitología de la realeza (en sí), otra de la inmortalidad del alma, un ciclo de la vegetacion, de la muerte, etc. Pero a la larga se advirtió que este método tenía un inconveniente fundamental: llevaba a desdeñar lo que es la esencia misma del mito, su carácter de realidad social, específica de un grupo humano dado. Se llegó a no hallar legítimas las analogías no justificadas por la posibilidad de influencias históricas o geográficas. Se dijo que las semejanzas formales, por llamativas que fuesen, no autorizaban a establecer una asimilación completa entre mitos y creencias cuyos campos propios estuvieran separados por siglos o por millares de lenguas. 
Para responder a esta exigencia de método, se ha formado lo que se puede llamar la  "Nueva Mitología Comparada" que apenas cuenta medio siglo de existencia.

La linguística no se propone hoy descubrir el origen del lenguaje, problema considerado hoy tan insoluble como la cuadratura del círculo: La mitología comparada no pretende explicar el origen de los mitos. Solamente pretende seguir su evolución, durane un intevalo tan largo como se pueda, y descubrir las transformaciones que han sufrido en el curso de su existencia, antes de cristalizarse en la forma en que las conocemos. De ese modo se piensa que se llegará a distinguir, (subyaciendo bajo cada forma mítica determinada), esquemas de pensamientos muy antiguos, en cierto modo, los marcos  "instintivos" en los que se moldea el pensamiento de una sociedad.
                                                          César R. Docampo.

viernes, 6 de julio de 2018

EL SENTIDO CÓSMICO DE LA CIENCIA.







FÍSICA y  METAFÍSICA.  Los peligros del puro pensar formalista.
Los  primeros éxitos de la Ciencia enorgullecieron de tal manera la razón humana, que el racionalismo, que empezaba a ir de capa caída en el mundo filosófico, no sólo se vigorizó en los ambientes científicos, sino que volvió a invadir las nuevas corrientes filosóficas del pasado y del presente siglo. 

No es lugar aquí para hablar de la superación del racionalismo, ni de la urgente necesidad  para nuestra cultura de vencer el esquema idealista que, desde Platón hasta nuestros días, viene gravitando sobre la mente occidental, haciéndola vivir en una tensión artificial representada por la dicotomía entre un mundo de esencias  -ideas, conceptos,  universales, a priori-  y un universo real de existencias   -cosas, cuerpos, individuos, "realidades"-  que sólo es, en cuanto participa del primero.

Las consecuencias de este esquema son tan generales como el mismo esquema. Desde estorbarnos para penetrar en el Misterio de Cristo  -pues lo hacemos un caso particular de unas categorías universales-  hasta darnos una inadecuada visión de nuestra vida interior cristiana, ya que ponemos la perfección en una  "idea",  en lugar de ponerla en una persona, y, en consecuencia, nos hace tender hacia un ideal irrealizable, es decir, irreal. Pero lo que ahora nos interesa es una simple consecuencia cosmológica de este fascinante esquema idealista.

Si la verdad de las cosas se encontrase sólo en la región de las ideas y los pobres seres  -reales, al fin y al cabo-  del mundo sublunar no fuesen sino aproximaciones de aquella "realidad"  trascendente   -intermedia entre la Divinidad y las cosas, por mucho que se la hipostasie en Dios-, entonces las cosas de la tierra tendrían que seguir estas leyes dialécticas del puro pensar, únicas con las cuales entraríamos en contacto con el mundo de las ideas. Todo lo cual es racional y todo lo racional es real, dirá esta doctrina llevada a sus últimas consecuencias. Lo demás es un  "mé  on", potencia, fenómeno, apariencia,  "doxa".

Lo maravilloso del caso es que durante un buen trecho puede caminarse por esta senda llegando a consecuencias felices. Un caso típico es la aplicación de las Matemáticas al Mundo físico. Cuando los pitagóricos pusieron la realidad viva y palpitante en manos de los números, no quisieron racionalizar las cosas, porque los números eran para ellos símbolos reales de la realidad inconmensurable, pero de hecho hipotecaron toda la  cultura occidental en manos de unos capitalistas sin corazón que todavía tienen en su poder las riendas de la civilización post-helénica. Los números, en virtud de una dialéctica interna muy interesante, se desvalorizaron de su contenido mítico y místico para convertirse en meros guarismos. Nadie ha podido hasta ahora pagar la hipoteca y recuperar la libertad. Por eso el Cristianismo se pasó durante siglos siendo  "anticultural", y cuando luego se  "culturalizó, lo hizo a base de una distinción, dentro de aquel contexto precioso y fundamental, entre Naturaleza y  Sobrenaturaleza, dando una cierta autonomía a laprimera, y reservándose  -por no decir refugiándose--, en el ámbito de la segunda. Pero baste con lo dicho como introducción general al tema.

Entiéndase bien. No se dice que la razón raciocinante, y más concretamente aún, la logística numérica, no sean dos potentes e indispensables auxiliares del hombre y de la cultura humana respectivamente; sino que se defiende la prioridad de lo dado y sobre todo la mayor riqueza óntica  -y en consecuencia  la irreductibilidad-  de la realidad del ser creado frente al esqueleto racionalista  -o cuantitativo, del mundo racional, o matemático.
                                                                   César R. Docampo

jueves, 5 de julio de 2018

LA LEYENDA DORADA DE LOS HEROES.


Las moiras controlando el hilo:



MITO  Y  MITOLOGÍA.

Se entiende por mitología el conjunto de relatos maravillosos y leyendas de todas clases que se refieren a los orígines del Universo (Cosmogonía) y de los Dioses (Teogonía), y a las aventuras de las grandes estirpes de un pasado fabuloso, con sus protagonistas, seres de doble naturaleza, divina y humana  (héroes). En este último caso, las narraciones reciben el nombre de leyendas, que muchas veces contienen un núcleo histórico modificado por la imaginación popular, en tanto que se reserva el nombre de mito a los relatos que tienen como protagonistas a los dioses, o a las fuerzas personificadas de la Naturaleza.

Todos los pueblos poseen, en mayor o menor grado, una mitología. Pero, en Grecia, ésta tiene unos rasgos específicos que han convertido el mito en una fuente inagotable de materia poética: sus figuras se revelan con una nitidez y una personalidad inconfundibles.

Pero el mito, como elemento opuesto al  "logos", tiene otra significación: La concepción mítica del mundo es un intento de explicar el universo atribuyendo la causalidad de los hechos a agentes personales. El estado mítico es la infancia del mundo, que en Grecia pronto se modificó, siendo sustituido por un intento de Explicación Racional. Es el proceso conocido por  "el paso del mito al logos".

Como otros muchos pueblos, los griegos sintieron pronto la necesidad de explicar la constitución y génesis del Universo. Y nosotros debemos especialmente a Hesíodo  (poeta beocio del siglo VIII  antes de Cristo)  la codificación de esos relatos. A partir del  Caos, (el Vacío), surgen una serie de seres  - Nyx, Urano, Gaya-  de los cuales proceden dos grandes generaciones divinas:  A una primera generación, cuyo rey es Urano, sigue una segunda, presidida por Cronos, que, a su vez, sucumbe ante Zeus, quien establece una organización divina definitiva en el mundo  (organización olímpica), no sin antes haber tenido que enfrentarse con poderosos enemigos que simbolizan  las fuerzas brutas y desordenadas de la Naturaleza:  Tifón fue uno de los más importantes.

Asimismo recoge Hesíodo la noticia de una serie de generaciones humanas, de diversa naturaleza y rasgos: la de oro, la de plata, la de bronce, la de los héroes y la de hierro. Una serie de relatos, como el de la creación de los hombres por obra de Prometeo y la de la primera mujer, Pandora, que introduce el mal en el mundo, complementan la obra hesiódica  ( La Teogonía).

                                                        César R. Docampo.