"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 16 de septiembre de 2018

DESDE EL ABISMO INFINITO DE NO SABER QUIÉN SOY, YO TE ESPERO.




                       

ESTE  MUNDO  FUNCIONA  MUY  MAL.
La esperanza del Cielo hace fácil la muerte,
No sé por qué, ni cómo decirlo.
...  

   Hoy me he quedado mirando, de cerca, mis manos;
                    Han cumplido muchos años: Acariciaron

Pocos  cuerpos, pocas pieles tersas, pero se

     Llenan de fuerza poderosa cuando te presiento.

       ¡Acurrúcate a mi lado izquierdo!  Deja que acune,

Con mi ternura, tu pensamiento.


¡Enrédate en mi alma porque mi alma es

Cuerpo de tu cuerpo; busca mi mismidad,

Todos mis requiebros con nombres y adjetivos.

No te marches otra vez de nuevo,

Ahora es el momento de amarnos.


En la síntesis del otoño y el invierno,  ahora

Que poseo un cántaro pleno de palabras

Y silencios, ahora puedo ser tuya sin llantos

Y sin miedos.


No ha sido el paso del tiempo un aliado

Perfecto para curar mis heridas, ni para

Saborear contigo los arpegios de mi universo,

Creado para ti sin tú saberlo ¡jardinero de cristal!,

En mi jardín sin besos.

De nuevo ataré el cilicio a mi cintura, iré desgranando

Las palabras con sosiego, entre los gnomos,

Donde las hadas se esconden desde los primeros

Tiempos.

Y,  porque mi cuerpo busca tu cuerpo, en el abismo infinito

De no saber quién soy, yo te espero.

César  R.  DOCAMPO. 
(16 de Septiembre, 2018)

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