La mujer más rica de toda España, cofundadora del imperio textil Inditex, Rosalía Mera Goyenechea, reposa desde ayer en una sepultura en tierra, en el pequeño cementerio de Santa Eulalia de Liáns (Oleiros, a Coruña). Descanse en Paz.
Rosalía Mera Goyenechea vivió siempre con suma discreción. Siendo hija de un empleado en la empresa eléctrica Unión Fenosa, con once años había dejado la escuela comenzando a trabajar (de aprendiz de costurera) en la tienda de confección y camisería "La Maja", ubicada en la calle coruñesa de San Andrés. Allí mismo conoció a Amancio Ortega Gaona, un chico leonés muy educado, humilde y respetuoso, encargado del almacén. Y siendo Rosalía una muchacha lista, esbelta y alegre, pronto enamoró a Amancio Ortega.
Quiero decir que ni Rosalía se había educado con las Ursulinas ni Amancio Ortega con los Jesuítas. Ninguno de los dos había cursado estudios de economía, ni había realizado algún tipo de máster en creación y dirección de empresas. Ha sido el talento natural de ambos haciéndose presente a raudales.
Así y sólo así se explica "Inditex"
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Rosalía Mera ha sido la más rica de entre todas las mujeres españolas; muy por encima de las hermanas Koplowitz y la duquesa de Alba; por encima de Carmen Cervera, Isabel Castelo, Helena Revoredo, Sol Daurella, Carmen Coreaga, María Reig y las hermanas Godia.
Sus propiedades se reparten por media España. Uno de sus principales inmuebles, por el que pagó 4 millones de euros, se encuentra en la calle Jorge Juan, en el mismo corazón del barrio de Salamanca, edificio que fue arrendado en 2004 a la principal firma inglesa de moda, la multinacional Karen Millen.
Rosalía Mera deja un inmenso patrimonio repartido en inmuebles, productoras, estudios de grabación y hoteles, además de en el sector de la energía fotovolcánica y de la biotecnología, más un inmenso capital en diferentes mercados y productos financieros, incluyendo los "hedge fund" (fondos de alto riesgo).
Solamente en sociedades de inversión libre ( Rosp Corunna, Breixo y Soandres), tenía invertidos 600 millones de euros a través de sus Sicav y otras sociedades de inversión libre.
Mas, a mi juicio, a parte de sus múltiples participaciones en otros negocios como Cross Road Biotech (un fondo de capital riesgo especializado en salud), y en la cadena hotelera Room Mate, y en la empresa farmacéutica gallega Zeltia y otras más, no podemos pasar por alto su Fundación Paideia.
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Una vida tan ejemplar como ha sido la de Rosalía, hace añicos la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. Cuando el evangelista San Lucas tira de brocha gorda para lograr un efecto cómico porque también la risa es pedagógica (como podemos observar en aquellas películas de el gordo y el flaco -Laurel y Hardy- tratando de demostrarnos que el mundo se divide en listos y tontos)..., cuando el mundo es así, viene Rosalía Mera Goyenechea y las risas se acaban. Y todas sus empresas funcionan, vaya si funcionan, porque tanto a Epulón como a Lázaro, a los dos les pone a TRABAJAR.
Rosalía multiplicó sus actividades y sus éxitos en el universo económico, al mismo tiempo que sus inversiones en los proyectos más dispares..., y siempre tuvo el acierto de haber situado muy alto el listón, porque antes (desde sus adentros) sabía preguntarse: ¿Cuál es mi propósito en la Vida? ¿Cuál es mi paraqué? Desde cero, uno, dos y tres..., hasta todo lo humanamente impensable.
Con el poncho en sus ojos y sin turbarse a la altura de las barrancas, una mujer llamada Rosalía Mera supo y aceptó, siendo casi niña, que aquí, en esta tierra, nadie tiene residencia fija. Que nuestra morada ha de estar siempre donde la noche nos sorprenda. Dondequiera que el Cielo ha de enredarnos acogiéndonos, de sopetón, junto a los demás.
Descanse en paz, la Excma. Sra. Dña. Rosalía Mera Goyenechea. Sea con nuestro sagrado respeto a sus restos (que esperan la RESURRECCIÓN) en ese pequeño cementerio de Sta. Eulalia de Liáns (Oleiros, a Coruña).
César R. Docampo
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