"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 23 de septiembre de 2014

MANU LEGUINECHE Y EL DIAPASÓN DE MIS RECUERDOS.


MANU LEGUINECHE EN EL DIAPASÓN DE MIS RECUERDOS. PRIMERA PARTE: La Guerra de Vietnam: "Masacre de My-Lai". ... ... ... La mañana del 16 de marzo de 1968, tres Compañías (A,B,C) de la 11ª Brigada de Infantería iniciaron una operación de búsqueda y destrucción en el área de My Son. El objetivo de la Compañía C era el 48º Batallón del Vietcong, que según los servicios de inteligencia tenía su base en una aldea conocida en los mapas militares estadounidenses con el nombre de My Lai-4. Los norteamericanos comenzaron lanzando un ataque heliportado. No encontraron resistencia en la zona de aterrizaje y, por lo tanto el capitán Ernest L. Medina envió a las secciones 1ª y 2ª al poblado. Al ver la llegada de los norteamericanos algunos aldeanos comenzaron a correr y fueron abatidos a tiros. La 2ª sección arrasó la mitad norte de My Lai-4, arrojando granadas dentro de las chozas y matando a todo lo que saliera de ellas. Violaron y asesinaron a las jóvenes del poblado, rodearon a los civiles y los mataron. Media hora después, Medina envió a la 2ª sección al poblado de Bihn Tay, donde violaron a más jóvenes antes de capturar entre 10 y 20 mujeres y niños para después asesinarlos. Mientras tanto, la 1ª sección, bajo las ordenes del teniente William L. Cassey Jr. arrasó la zona sur de My Lai-4, disparando a todo el que intentaba escapar, asesinando a otros con las bayonetas, violando mujeres, matando el ganado y destruyendo los cultivos y las casas. Los sobrevivientes fueron apiñados dentro de una acequia de desagüe. En ese momento, el teniente americano William Calley abrió fuego contra los indefensos aldeanos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo. Descargaron una lluvia de balas sobre aquella montaña de carne humana hasta que todos los cuerpos quedaron completamente inmóviles. Entonces, como por milagro, un niño de dos años salió gateando entre los cuerpos, llorando. El teniente americano William Calley, al verlo llorar, lo empujó contra el suelo y lo mató de un disparó en la cabeza. Media hora más tarde la 3ª sección entró en acción para terminar de "liquidar" al enemigo. Mataron a los aldeanos heridos para evitarles el sufrimiento. Quemaron las casas. Dispararon sobre el ganado que aún quedaba vivo y sobre cualquiera que intentara escapar. Finalmente, reunieron a un grupo de mujeres y niños y acribillaron sus cuerpos con balas de M16. En total, murieron 347 personas, todos ellos ancianos, mujeres y niños desarmados. El capitán Medina informó que habían contado 90 cuerpos de Vietcong no civiles. El oficial de prensa de la división anunció que se había dado muerte a 128 enemigos, detenido a 13 sospechosos (y, ¡ojo al siguiente dato!), capturado 3 armas). El poderosísimo ejército americano había masacrado a un pueblo indefenso. Era un día más en Vietnam. El problema fue que dos periodistas, el fotógrafo Ronald Haeberle y el periodista del Ejercito Jay Roberts, habían sido asignados a la sección de Calley. Y habían sido testigos de la masacre. Una mujer había recibido tantas ráfagas que sus huesos habían saltado en astillas. Otra mujer fue muerta a tiros y su bebé destrozado con un M16, mientras tanto otro bebé era atravesado con una bayoneta. Un soldado que acababa de violar a una joven, le metió el cañón de su M16 en la vagina y apretó el gatillo. Un anciano fue arrojado a un pozo con una granada: tenía dos opciones, ahogarse o saltar por los aires. Un niño que escapaba de la masacre fue derribado de un disparo. El suboficial Hugh C. Thompson, piloto de un helicóptero de observación, comenzó a lanzar granadas fumígenas para que pudiera localizarse a los heridos civiles y evacuarlos. Y cuando vio que sus compañeros en tierra se guiaban por el humo para llegar hasta los heridos y rematarlos, se quedó atónito". ... Así nos lo contó Manuel Ángel Leguineche Bollar, la tarde del día 8 de Septiembre de 1978, en aquel primer congreso de periodistas celebrado en Córdoba a la sombra de Cajasur y su presidente don Miguel Castillejo. Manu Leguineche dio un trago de whisky y se nos quedó mirando. Cuando uno de los presentes le preguntó a Leguineche, si tenía noticias sobre la reacción de los altos mandos del Gobierno Americano para con el teniente William Calley, Manu nos dijo a todos los presentes que sí. Nos confesó que él mismo había viajado a Norteamérica, interesado por saber en qué había quedado el castigo contra el teniente William Calley. Después de unos años de cárcel (cómo podrán ver en el video que adjunto a continuación), el teniente William Calley trabajaba en una granja cuidando cerdos. ... ... ... Manu Leguineche había subido a la tribuna sin carpeta ni papeles, tan sólo un vaso de whisky en la mano. Pero su conferencia me ayudó a caer en la cuenta de dos cosas: Primera: Que mi antiguo amigo (a quien yo había conocido y tratado en los festivales de Cine de Valladolid a comienzos de los años sesenta, y que, en estos momentos, habita ya en la Paz de Dios), ha sido el genial reportero que siempre supo estar en el lugar donde pasan las cosas, son palabras de Rosa María Calaf. Segunda: Que, así como en el campo de la epistemología, gnoseología o teoría del conocimiento, todos admitimos la presencia de un obligado referente que es Descartes (están el "antes" de Descartes y el "después" de Descartes), así también en la palestra del reporterismo, seguramente todos estaríamos de acuerdo en reconocer un "antes" y un "después" de Leguineche, "el mejor de todo el equipo de reporteros de una generación", como ha dicho Diego Carcedo. ... ... ... LOS FANTASMAS DE My-Lay. (54 minutos) ... ... ... César R. Docampo http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2014/01/26/manu-leguineche-diapason-mis-recuerdos-/ 2014-01-26T00:36:33Z César latabernadelosmares@yahoo.es

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