"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 23 de septiembre de 2014

LA SORPRESA.


LA SORPRESA. DEDICADO A TODOS LOS QUE ESTÁIS TAN LEJOS. ______________________ ... ... ... Contra todas las manipulaciones (mercantiles, políticas, o pseudoreligiosas), propongo insurrección y motín. Les propongo, en tres momentos, la lectura de tres libros: 1.- "Mi credo", de Hermann Hesse. 2.- "Ética de la manipulación", de Bernhard Häring. 3.- "El viajero y su sombra", de Federico Nietzsche. __________________ PRIMERO: Hermann Hesse, en su obra "Mi Credo" nos invita a una mirada al Lejano Oriente. Nos dice cómo, en su época, aquella oleada espiritual llegada de la India, había recorrido Europa, en especial Alemania, y él era testigo de cómo la nostalgia de Europa por la cultura espiritual del antiguo Oriente era incuestionable. Hermann Hesse (lo mismo que más tarde Ortega y Gasset) fué testigo de cómo en Europa se estaban advirtiendo múltiples signos de decadencia. Y, al mismo tiempo, sentíase notario de cómo el hombre europeo podía cultivar su intelecto hasta un grado asombroso, pero sin obtener con ello el pleno dominio de su alma. "Mi credo", de Hermann Hesse, arranca y se cierra con las mismas palabras. Estas: "El credo al que me refiero no es fácil expresarlo con palabras. Podría explicarlo así: Creo que, a pesar de su aparente absurdo, la Vida tiene su razón; y aunque reconozco que este sentido último de la Vida no lo puedo captar con el raciocinio, estoy dispuesto a seguirlo aun cuando signifique sacrificarme a mí mismo. Su voz la escucho en mi interior siempre que estoy realmente vivo y despierto. En tales momentos intentaré realizar todo cuanto la Vida exija de mí, incluso cuando vaya contra las costumbres y leyes establecidas. Este credo no obedece órdenes ni se puede llegar a él por la fuerza. Sólo es posible sentirlo dentro de ti mismo". Hermann Hesse nunca ha podido ser protestante o católico, partidario de Bach o de Wagner. Para él, tanto la Vida como la historia sólo tenían sentido y valor total en la diversidad con que Dios se presenta en inagotables configuraciones. Por ello acostumbraba a decir: "Amo y venero (para disgusto de mi querido prójimo), no sólo a Buda y a Jesucristo en el mismo templo, sino que puedo amar y tratar de comprender a Kant junto a Spinoza y a Nietzsche junto a Gorres, no por ansia de cultura o pedantería, sino simplemente por el gozo de contemplar la DIVERSIDAD del Ser Único, esa riqueza de colores que existe entre Aristóteles y Nietzsche, entre Palestrina y Schubert". ... ... ... Para despedirme, por hoy, disfruten de la delicadeza y el arte en el Oriente, como respuesta a esa pregunta...: ¿Y, ahora, qué debemos hacer? MIRAGE -KITARO. Mario Sornicelli. ... ... ... ... ... ... En una próxima entrega..., 2.- "Ética de la manipulación", de Bernhard Häring. 3.- "El viajero y su sombra", de Federico Nietzsche. ... ... ... César R. Docampo http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2013/10/09/la-sorpresa-/ 2013-10-09T12:02:04Z César latabernadelosmares@yahoo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario