PRIMERA PARTE:
Es posible. Yo pienso que sí. ¿Por qué? Pues porque el Islam es la más joven de las grandes religiones del mundo. Se inició en Arabia, en el siglo VII. Deriva en gran parte del Cristianismo, del gnosticismo herético y del judaísmo. Su gran dogma es la Absoluta unidad de Alá.
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Al hundirse el sol de la civilización antigua en la noche oscura de los siglos VI y VII, en aquel triste panorama intelectual de Europa, todos buscaban una luz, un nuevo alborear.
Con la desaparición de Boecio y de su contemporáneo Casiodoro, se esfumó de la tierra el espíritu clásico. El emperador Justiniano mandó cerrar las escuelas fundadas por Platón en Atenas. Los ejércitos del Imperio bizantino barrieron a los godos de Italia y comenzaba la barbarie en Europa Occidental. Los jurisperitos bizantinos codificaron el Derecho Romano en las Instituciones de Justiniano, basándose en los principios paganos del Estoicismo. No sólo quedaron arrasadas Atenas y Roma como Estados Políticos y estructuras sociales, sino que además se extinguía la raza de artistas y filósofos griegos y también la de los legistas y administradores romanos.
Quizás se pueda afirmar que el derrumbamiento de Roma por los invasores del Norte, no fue tanto la destrucción de toda una civilización por los bárbaros, cuanto la limpieza y retirada de escombros de un edificio ruinoso. Mas todos esperaban que, de aquel caos, surgiera una nueva civilización.
El primer nuevo centro cultural aparece en las escuelas de Salerno, en la bahía de Pestum, al sur de Nápoles. Salerno había sido una colonia griega y luego un lugar de reposo y salud para los romanos. Yo me atrevería a considerar a Salerno como el humilde pórtico para la reconstrucción de Europa.
Los primeros países que comenzaron a dar señales de un espíritu nuevo fueron Irlanda, Escocia y el Norte de Inglaterra, con las sagas irlandesas. Un universo virgen, mezcla de galos romanizados y de vigorosas tribus teutónicas.
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Al mismo tiempo, mientras la cultura europea vivía en su más bajo nivel, en la Corte Imperial Bizantina de Constantinopla, así como en otros países comprendidos entre Siria y el Golfo Pérsico cultivaban una cultura de origen mixto: greco-romano-judío, siendo su centro más importante la escuela persa de Jundishapur, que había servido de refugio a los cristianos nestorianos (secuaces de Néstor, tachados de herejía) en el 489 y a los neoplatónicos que habían abandonado Atenas cuando cerraron la Academia de Platón en el 529.
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Entre los años 620 y 650 los árabes conquistaron Arabia, Siria, Persia y Egipto. Había nacido el Islam.
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