|
Dices:
“César, en esta amistad que tramonta el enorme Pacífico hasta tu taberna de los mares me despido, recordándote nuestra esperanza en la eternidad y en el triunfo del amor sobre la muerte. Hasta entonces, tu amigo de toda la vida”.
==============
Y yo, amigo Xtopher, desde la soledad de nuestro corazón, hasta los exquisitos límites creados por vuestro cariño y solidaridad, quiero daros las gracias. A todos. A tu venerable tía Narcisa Alegría que cumplió 98 años antes de ayer. Y porque entiendo que de esa edad en adelante se mueren muy pocos, le deseo y le aseguro muchos más.
Gracias a tu dilecto padre Raúl-Alberto, y a tu primo Alfredo, a tu hermanita Eugene Alegría, a tu pequeña-ahijada Belén y a tu lindo amor Ivette. A toda vuetra familia, a todos los Alegría afincados por la cadena de Los Andes y sus valles liberteños, desde Piura hasta Tacna, desde Lima y Arequipa, Cuzco y Ayacucho, hasta Iquitos. Muchas gracias.
Y, porque nadie aprende a vivir si antes no ha aprendido a morir, estoy seguro que en todos esos sagrados espacios, entre el eterno debate de los hombres, vive y de qué manera Ciro Alegría Bazán, junto a los valles de vuestro río Urubamba, también en la Plaza de Armas de Puno, en la Plaza Colón de Tacna y en los valles frente a las ruinas de Sacsahuyaman.
Más aún; en muchísimas bibliotecas oficiales y familiares del orbe, está presente Ciro Alegría Bazán. Está omnipresente y vivo, de manera umbrátil o in oblicuo, ¿cómo?: estableciendo ese profundo diálogo entre vivos y muertos, siempre que alguien esté leyendo “La serpiente de oro”, “Los perros hambrientos” o “El mundo es ancho y ajeno”. Pues mucho antes de que las gentes hablaran, en ese eterno debate de los hombres que han nacido, ya en este mundo era posible la comunicación.
Vuestro patriarca Ciro Alegría Bazán, se había formado en aquellos códigos de pensamiento propios de su tiempo, en aquella tabla axiológica liberal y progresista, que había aprendido en medio de aquella vida feudal en los fundos del departamento de La Libertad, todo ello fortalecido con la rebeldía que Ciro Alegría Bazán se había conjeturado a orillas del río Marañón.
Y ahora sus descendientes, desde tan lejos, mirando al atardecer, os acercáis a consolarnos. Que Dios os lo premie. En nombre de mis hijos (César y Noelia) y de toda nuestra familia, muchas gracias. Con todo el cariño, os abrazamos.
. . .
Permitidme que ratifique nuestro agradecimiento sirviéndome del verso de León Felipe, en su Antología Rota. Os ofrezco un poema que se titula “La Ascensión” (nombre de mi esposa).
. . .
“Y dexas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro...”
(Fray Luis de León)
A continuación de esta cita, escribe León Felipe:
“ LA ASCENSIÓN”
Aquí vino
y se fue.
Vino..., nos marcó nuestra tarea
y se fue.
Tal vez detrás de aquella nube
hay alguien que trabaja
lo mismo que nosotros,
y tal vez las estrellas
no son más que ventanas encendidas
de una fábrica
donde Dios tiene que repartir
una labor también.
Aquí vino
y se fue.
Vino..., llenó nuestra caja de caudales
con millones de siglos y de siglos,
nos dejó unas herramientas...
y se fue.
Él, que lo sabe todo,
sabe que estando solos,
sin dioses que nos miren,
trabajamos mejor.
Detrás de ti no hay nadie. Nadie.
Ni un maestro, ni un amo, ni un patrón.
Pero tuyo es el tiempo.
El tiempo y esa gubia
con que Dios comenzó la creación.
. . .
Desde España, os quiere,
César R. Docampo |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario