"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 15 de septiembre de 2014

PEGADA DE CARTELES (67)
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A las doce de la noche, acaba de dar comienzo la Pegada de Carteles. Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares en Madrid. Mariano Rajoy en Cádiz. Vamos pues asomarnos a esta realidad: el arranque de una campaña electoral que promete ser interesante. Es la última función, por ahora, desde Altamira, desde aquellas pinturas rupestres o el arte alicantino en los barrancos y cueva de la Valltorta. . . . La psicología de la imagen se remonta al nacimiento mismo de ésta, es decir, al primer hombre que dibujó con carbón en las paredes de su caverna el perfil de su sombra, proyectada por el fuego. Desde aquellas primeras figuras hasta las que en estos momentos se están pegando en todos los espacios de publicidad, hay toda una sociología de la imagen. Sociología que nos confirma en la idea de que cualquier sociedad (sea España, sea Andalucía, en ete caso) llega a expresarse en un cartel. Nuestro contacto con la imagen fija de un cartel participa de una cierta objetividad. Nada nos impide dejar de mirarla, observarla una y otra vez, prolongando su fosforescencia en nuestra memoria todo el tiempo que nos plazca. Esto crea una relación de estabilidad y de acostumbramiento, de novedad impuesta (igual que ese paisaje una y otra vez adueñándose de nuestro campo visual). El cartel tiene su propio campo semántico, igual que un semáforo o un letrero con sus imperativos, sus prescripciones y solicitaciones. La imagen de un cartel no es sólo una imagen fija, sino transportable. No es simplemente un elemento visual que se nos presenta en una pared o en una valla, al encuentro de la cual nos dirigimos. Lo que mejor define el cartel es esta situación del ser y del estímulo, por ser un cartel de publicidad o propaganda, colocado en un lugar público. Pero es además una imagen comentada, es decir, una imagen con palabras, o texto breve, donde el binomio imagen+comentario es indisociable. Aquel cartel de “imagen pura”, totalmente desprovista del sistema semántico, no existe en una civilización donde la lectura está universalmente extendida. El cartel tiene función o forma de comunicación de masas. El cartel pregona las cualidades de la Coca-Cola, de Zapatero o de Rajoy. El cartel es un agente de cultura frente a una masa receptora de valores. Atrae y despierta la curiosidad igual que el escaparate de una tienda. El cartel tiene una función estética. La regla de las reglas para comunicar es la de gustar, y gustar significa tener un valor estético, ir más allá del simple significado. El juego de colores y formas, de palabras e imagen, su contraste y eroticidad. El cartel desarrolla una función creadora de deseos; deseos que despiertan necesidades, necesidades que orientan el mecanismo de consumo. A un líder se le vende con la misma técnica que vendemos un sostén, un automóvil o pasta de dientes. Esta noche he visto en Tele-5 a nuestro presidente Zapatero. Un Zapatero que jamás rehúsa lo inverosímil buscando conseguir un fuerte efecto escénico. Y eso funciona. Algo que le falta a Rajoy, y demás líderes del PP. El señor Zapatero, sin alcanzar esa talla gigantesca propia de las figuras de Esquilo, mantiene sin embargo un talante heroico y un tanto apasionado semejante al que todos observamos en los personajes de aquel Sófocles, hijo del fabricante de armas Sofilo. Primero fue el “talante”, ahora “tensión” es la palabra. Un nuevo concepto que vende, que gana admiradores, lo verán ustedes en los resultados. A pesar de que al final de la entrevista los televidentes confesaron estar de acuerdo (un 40%) y en desacuerdo (el 60%). Mientras esperamos saber el resultado tras las intervenciones de Pedro Solbes y el Sr. Pizarro, bien vale recordar los conjuntos más representativos del Arte Levantino. Escenas donde el hombre aparece representado con arcos y flechas en posición de ataque hacia distintos animales como ciervos y cabras. Son escenas de gran realismo. Escenas muy complejas. Escenas bélicas representando figuras humanas, muchas de ellas en actitud de disparar en dirección a otro tipo de figuras. Parece que al artista del Neolítico yambién le interesaba la “tensión” y la guerra. . . . En estos momentos, a las 0’23 del día 22, Antena-3 acaba de dar el resultado. Los telespectadores se han pronunciado a favor de Pedro Solbes (43’4%), y Pizarro (36’5%). Me huele a tufillo. ¿No habrá puesto alguien el comienzo de una guerra al grito de "pásalo" a través del móvil, para estampar la Victoria (a mi juicio) no conseguida en el plató de Antena-3? Da comienzo la misma escena representada con toda fidelidad en los barrancos y cueva de la Valltorta. Porque cuando se comienza una guerra lo que importa no es el derecho, sino la victoria, lo dijo Hitler a sus generales en Agosto de 1939. Continuará. César R. Docampo

http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2008/02/22/pegada-carteles-67-/
2008-02-22T08:33:47Z
César latabernadelosmares@yahoo.es

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