"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 16 de septiembre de 2014

LOS MUERTOS SE FUERON HASTIADOS DE ESTE MUNDO...


LOS MUERTOS SE FUERON HASTIADOS DE NUESTRO MUNDO... ... PORQUE NO TENÍAN ALMANAQUE. ======================= En Occidente, cuando cruzamos la entrada de acceso a un CEMENTERIO, enseguida nos damos cuenta de que allí no nos esperan para lloriquear como hacían las plañideras en “illo témpore”. Al CEMENTERIO vamos a “sentir” y abrazarnos con las libélulas: estela indeleble de nuestros seres más queridos..., que ya no se encuentran ni siquiera allí. Un misterio inenarrable. “Aquí no hay nada que ver, / porque un barquito que había / tendió la vela y se fue”. (Escribe Juan Ramón Jiménez) … … … La belleza insólita de un camposanto exprésase en silencio. Por algo, en algunas partes de Andalucía, al cementerio le dicen “El Cortijo de los callaos”. ¡Ay, el silencio de los CEMENTERIOS! Un cante doliente. No es guajira, no es milonga; ni es farruca ni garrotín. Se arranca y suena a estremecedora seguiriya, cuando cerramos los ojos delante de esa lápida que esconde las cenizas de nuestros seres del alma. Porque, desde las profundidades de la historia hasta nuestros días, la MUERTE es y seguirá siendo el más abismal de los arcanos. Dicho así. … … ... El año pasado, cuando acudimos al Cementerio de Campillos el día de Todos los Santos, nada más entrar en ese venerable lugar, llamaron nuestra atención unas cuantas cosas. Algo había allí en el pasillo central que, a nuestro criterio, deslucía aquel conjunto de jarrones relucientes y de flores en santa paz. Andando el tiempo, un día que volvimos a visitar el cementerio, en el pasillo central había un círculo de cuatro o cinco personas mayores (de “las de antes”) comentando ese “monolito”, obelisco o túmulo (no sé cómo llamarlo) que el Excmo. Ayuntamiento había cometido el disparate de poner en el centro del cotarro, rompiendo la finura y equilibrio de un espacio allanado y tranquilo. Nos saludamos. Y me dijeron: (palabras textuales) “¿Qué le parece esta metedura de pata?”. Entonces yo, (igual que aquella “Muchacha haciendo ganchillo” en un cuadro de Pierre-Auguste Renoir), me limité a encoger los hombros sin abrir la boca. Pero, al instante, escuché a uno que decía: “Es una mamarrachada”. Y, todos a la vez, permanecíamos en silencio examinando el super lujoso artefacto (no artilugio), enjaezado con dos faroles, cual aretes muy lustrosos uno en cada lado. Y hace unos cinco meses... Cuando fuimos a Campillos a la misa de cabo de año por Ascensión (q.e.p.d.), saliendo de la iglesia se me acercó una linda y respetable persona muy querida para mí. Al hilo de la conversación, entre otras cosas, me dijo: ¿Has visto el cementerio? ¿Por qué no escribes algo en el foro de Campillos sobre el estropicio cometido por el Ayuntamiento avasallando la humildad y finura de “MÁRTIRES – ANÓNIMOS”? Y estando de perfecto acuerdo, le prometí que lo haría unos días antes de Los Fieles Difuntos. … … ... Así que, vamos allá. PRIMERA: Paso por alto la historia de esas lápidas y sus avatares hasta el 15 de Agosto de 1977. En “CAMPILLOS: Perfil de un pueblo, Transición y Memoria Histórica”, pueden leerlo ustedes. Pero debo añadir dos cosas más: Decían los latinos: “Bonum ex integra causa; malum, ex quocumque defecto” (= Para que algo esté bien, ha de estarlo en todas y cada una de sus partes; para estar mal, basta un defecto cualquiera). Esas lápidas que yo mandé hacer y pusimos aquel 15 de Agosto de 1977, las puse bien. Y hemos de decir que aquella decisión, incluyendo a todos los mártires de la guerra (no sólo a los de un bando), ese paso que dio el Ayuntamiento de Campillos, tuvo y tiene el honor de haber sido el primero que se dio en toda España. Pero, bastantes años después, sin haber tenido la cortesía o atención de haberlo comentado conmigo, esas lápidas fueron llevadas al cementerio, colocándolas al revés. Mal. La lápida a nuestra derecha, mirando de frente, debiera estar a nuestra izquierda por ser la principal, en español leemos de izquierda a derecha, no de derecha a izquierda. Pero hay algo mucho más improcedente e inadecuado. Esas lápidas nunca debieron haber sido trasladadas al cementerio. Su lugar era donde estaban, en el centro del pueblo, en la mejor plaza de Campillos, como homenaje omnímodo y claro a todos los campilleros vilmente asesinados en la guerra civil, de uno y otro bando. Por consiguiente, su esencia y servicio no es estar arrinconadas junto a los muertos. Consideramos importante que nuestros descendientes sepan y recuerden cómo (hace años) unas gentes del pueblo fueron asesinadas por sus propios vecinos y éstos por otros. Al Odio le siguió la venganza ciega, y, a ésta, otra más cruel y desmesurada. La historia convendría no olvidarla; convendría mostrala y conocerla para que sea más oproviosa y no se vuelva a repetir. No hay por qué esconderla y relegarla en el cementerio, como aquel que dice: ¡Púdrete ahí, jodida historia! Por cierto... El año pasado, en el Día de todos los Santos, sobre las tumbas anónimas había coronas de IU y PSOE, más otra del EXCMO. AYUNTAMIENTO. En cambio, sobre estas lápidas que recuerdan a todos los caídos de Campillos, había tan sólo una corona puesta por el PP. Eché en falta la corona del Ayuntamiento. Está bien que cada partido honre a los suyos. Es lo normal. Pero el Ayuntamiento somos todos. Sin discriminación. Su corona de flores, primera y principal, debiera lucir sobre las antiguas lápidas. Y no ha sido así. Nos gustaría saber que fue un “lapsus” involuntario o un error de protocolo. Sin más. Estoy seguro. SEGUNDA: “Mártires Anónimos”. Esos dos pequeños bloques (monolitos, túmulos o pilares), muy bien. Creo recordar que fue la Corporación presidida por Pedro Durán la que puso rótulo sobre las dos grandes fosas con los restos mortales sin nombre: “MÁRTIRES ANÓNIMOS”, se puede leer. Con tiento y sencillez impecable. Perfecto. Enhorabuena a IU. Esas dos pequeñas litografías, no molestan, no degradan la armonía del conjunto. Genial. TERCERO: Todo lo contrario se observa en el monolito fechado “Año 2009” con la firma Ayuntamiento de Campillos. Demasiado requetebién. Pero una chispa de altisonancia. La perfección, no siendo una meta en sí, es siempre una actitud que supone un estilo. Eso de... “EN MEMORIA DE LOS QUE LUCHARON POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA”, es una bobada como la copa de un pino. Al autor de esa genialidad, le aconsejaríamos que leyese a Tucídides: Las Guerras del Peloponeso. En las guerras civiles nadie lucha ni por la libertad ni por la democracia. Luchan y se matan infestados por el ODIO. Los mártires del 36 al 39 en Campillos, ninguno de ellos murió luchando a excepción de un ex-alcalde y pocos más cuando huían para Málaga. Los demás, todos fueron arrancados de sus casas, subidos a una camioneta, ametrallados y algunos quemados a pie de las cunetas. A otros se les llevaba al cuartel de la Guardia Civil y sin más juicio ni más nada, eran fusilados contra los muros del cementerio. La única que luchó, (después de haber sido violada por unos cuantos falangistas, después de haber cometido todo tipo de barbaridades con ella), fue una muchacha joven que murió escupiendo contra la boca de los fusiles que la mataron. De entre los fusileros del pelotón, había siempre algunos (quiero pensar que fueron bastantes) con entrañas. En vez de disparar contra los cuerpos, disparaban hacia otra parte. Lo atestiguan las señales de las balas que ustedes pueden ver sobre la antigua puerta, hoy en la parte de atrás del cementerio. Y en el origen de tanto odio habría que situar a un sin fin de desmanes. El caciquismo, la lucha de clases y los anarquistas; los latifundios y el subdesarrollo; los problemas de la tierra y la explotación de los jornaleros, desde Casas Viejas (con Seisdedos) hasta Las Hurdes (que visitó Alfonso XIII en compañía de don Gregorio Marañón); aquel señorito entrando al pueblo montado a caballo y todas las gentes sentadas en la acera de un bar habían de levantarse..., si no, te llamaban al orden y te daban el tirón de orejas; Más aquellos trabajos de sol a sol mal remunerados, la mucha miseria y el hambre..., alimentaron el resentimiento y el odio, e hicieron estallar las primeras venganzas que nos condujeron a una guerra en cada pueblo dentro de la Guerra Civil. Nada de luchar por la libertad y la democracia. Todas las muertes fueron inútiles. En el cementerio nos encontraremos todos al final de nuestras vidas. El lugar menos adecuado para recordar las barbaridades de la Historia. Si alguna vez van ustedes a París y visitan la sede de la UNESCO, en el frontispicio de la entrada pueden leer: “Si las guerras se fabrican en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde hay que establecer las defensas de la Paz”. Lo canta muy bien la Niña de los Peines: “Fui piedra y perdí mi centro, / y me arrojaron al mar. / Y al cabo de tanto tiempo, mi centro vine a encontrar”. ¿En la paz de los cementerios? César R. Docampo http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2010/11/01/los-muertos-se-fueron-hastiados-nuestro-mundo-/ 2010-11-01T18:39:18Z César latabernadelosmares@yahoo.es

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