ZAPATERO SE QUEDA SOLO EN BUCAREST.
Zapatero suma una nueva pifia en el plano internacional al dar la imagen de un paria en la Cumbre de la OTAN. Frustrado el anunciado encuentro con Bush, -saldado con un escueto "Hola hola, felicidades" (Así, textual, en el periódico El País).
Fueron diez largos minutos. Zapatero entró en el salón de la cumbre de la OTAN y se puso a leer ensimismado. A escasos metros, Bush departía en un corro con varios mandatarios aliados, entre ellos la canciller alemana Ángela Merkel y el secretario general de la OTAN Jaap de Hoop Scheffer. El grupo iba creciendo, pero el presidente español ni se movió. Después, a media tarde, Zapatero todavía confiaba en verse un rato con Bush, pero se volvió a Madrid sin hacerlo.
Dicen que Zapatero sólo se incorporó para estrechar la mano al presidente afgano, Hamid Karzai, a quien Carles Casajuana, asesor de política exterior de La Moncloa, traía del brazo. Como no habla inglés, ZP sólo sonríe al afgano.
La reunión de la OTAN comenzó sin que Bush y Zapatero intercambiasen una palabra.
Y así el presidente del Gobierno regresó a Madrid sin haber mantenido ni tan siquiera «una charla» con el mandatario estadounidense, pese a que el propio Zapatero no lo había descartado horas antes, al insistir en que «seguramente» iban a hablar, ya que quedaba «bastante cumbre por delante».
Zapatero ha intentado por todas las formas algo más que un saludo fugaz, pero no ha tenido ningún éxito. Sin embargo, desde Exteriores, el Sr. Moratinos siempre afirmando que las relaciones entre EEUU y España eran "excelentes".
Lo cierto es que Zapatero no sale en la foto de la OTAN. En las imágenes servidas por TV, aparece aislado y dando una imagen de soledad acuciante. Acostumbrado a la improvisación y a las alianzas con socios internacionales como Chávez, Castro, Evo Morales o Mohamed VI, ZP regresa de Bucarest con una foto muy distinta de la que tenía pensado hacerse.
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LAS AGUAS BAJAN TURBIAS:
Os felicito, presidente. Pero… ¿qué dicen los periódicos?
Lo mismo titulares que subtítulos, respecto de España, no dejan títere con cabeza:
-Un juez tardó 31 meses en redactar la sentencia de cárcel a Del Valle, el asesino de la niña de Huelva. Bermejo, que tiene a la justicia al borde del abismo, además del caso de la niña Mari Luz, ha de explicar el escarnio judicial de dejar en libertad a un terrorista del GRAPO que asesinó a tiros a un policía. Así se comprende que Javier Pradera escriba en El País: “El desgobierno de los jueces”.
-El PNV renuncia a quitar el poder en Mondragón a los que apoyaron a ETA. ETA amenaza de nuevo a los militantes socialistas.
Es triste tener que decirlo, pero ni Andalucía ni España están como para ir tirando cohetes. En el horizonte se avizoran “escombros”. Los dineros de todos los contribuyentes españoles no revierten como debieran hacerlo en Sanidad, Educación, Justicia, en Seguridad, etc.
Pues dicen que su Gobierno, señor Zapatero, no hace más que chorrear dinero a Evo Morales, Senegal, partidos nacionalistas y comunidades históricas que como Cataluña están abriendo embajadas en China, Alemania y demás, con nuestros dineros. Y que también, con el dinero de todos los contribuyentes se compró la voluntad de BNG para que la ministra de Fomento no fuese repudiada por el Congreso.
Y dicen que Zapatero, cual hombre ilustrado en un laicismo de cuño neomarxista, que no desea seguir las direcciones marcadas por la tradición de una economía clásica, dándose a la tarea de buscar nuevas luces en horizontes inexplorados, transitando por una pléyade de experimentos y de caminos para mantenerse en la Moncloa a base de ir soltando dinero y satisfaciendo los caprichos de todos cuantos pueden sostenerlo subido a las tribunas; siempre con promesas y análisis totalmente triunfalistas, afirmando que la economía española marcha mejor que nunca… ¡válganos Dios!
Hay quien dice que la única cifra macroeconómica con valor explicativo del crecimiento es el PIB por habitante en paridad de poder adquisitivo (PPA), y que medido por este parámetro, con las cifras de población conscientemente falsas que publica el Gobierno (45,1 millones de habitantes), España es el país que menos crece de Europa. Pero que si lo medimos con las cifras reales de población (algo más de 46 millones), España está retrocediendo, es decir, hemos dejado de converger y estamos divergiendo. Ésta y no otra es la realidad de nuestro crecimiento, que el PP es incapaz de transmitir, pero que los ciudadanos sí perciben en sus propios bolsillos.
Y no sólo esto. Otros dicen que la realidad es mucho peor, porque el crecimiento absoluto se lo están llevando íntegramente las familias más ricas de España, NO LA CLASE MEDIA NI LOS POBRES. Y que, a veces, entre sus amigos, el vicepresidente Solbes, hasta se jacta de ello. Dicen.
Y dicen también que es evidente que la situación salarial y de reparto de la riqueza en la España de Zapatero es ya absolutamente inaceptable, las diferencias entre clases sociales están llegando a límites intolerables, y pueden desembocar en un fuerte conflicto social en cuanto cambie el ciclo económico. Tan intolerables que mientras más de un 60% de las familias confiesa tener dificultades para llegar a fin de mes, y un 18% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza (una de las cifras más altas de toda la UE), España es el país de Europa con mayor crecimiento en el número de millonarios.
También dicen que Zapatero, después de comprometerse por activa y por pasiva a que bajaría la presión fiscal («bajar impuestos es de izquierdas», afirmaba), ha incumplido sus promesas como es habitual en él, y que ha elevado la presión fiscal a su máximo histórico; y, lo que es infinitamente peor, que ha roto completamente el principio de equidad en el reparto de la carga tributaria haciendo recaer el grueso de la misma sobre las rentas medias y bajas. En concreto, desde que llegó al Gobierno, los impuestos han subido un 34%, y los impuestos sobre el consumo (que afectan particularmente a los jubilados, los trabajadores y la clase media) han subido un 46%. Mientras tanto, los ricos están exentos de la mayoría de los impuestos a través de una combinación de exenciones y artificios jurídicos, inexistentes fuera de España.
Alguien dirá que no nos merecemos un gobierno así. Yo en cambio pienso que lo que no nos merecemos es una Oposición tan débil, idiota y sin capacidad de persuasión. O tal vez esté yo equivocado. Pues a lo mejor Rajoy y los suyos son tan insuperablemente inteligentes que, al darse cuenta de cómo está este nuestro país, han preferido no cargar con el muerto. Y sea el PSOE quien sufra las vacas flacas y se queme de verdad.
Ni más ni menos.
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