“SLIGHTLY SCARLET” es el título de una novela de Dashiell Hammet, un clásico de la literatura norteamericana, llevada al cine en 1956 por Allan Dwan.
La película tendría poco interés si no fuera por ciertas peculiaridades que le hacen merecer este comentario que pretendo ofrecerles a ustedes. Porque “Ligeramente Escarlata” es la típica película indeseable. Cuando se habla de inmoralidad en el cine, el que más y el que menos piensa inmediatamente en los desnudos o los adulterios.
También aquí hay de eso, pero no sólo de eso.
Porque, sin restarle importancia a esos “defectos”, quiero señalar los peligros de la violencia por la violencia misma. Pareciera como si se tratase de despertar en el espectador (a ultranza) un sentimiento de asco, de escalofrío, náusea o pavor ante la maldad de los hombres. En “LIGERAMENTE ESCARLATA” encontrarán ustedes una mezcla habilísima de todos esos elementos destinados a despertar bascas en el espectador. Una mezcla muy hábil, porque se sabe exactamente cuándo el espectador temblará.
La acumulación de cosas tan tremendas a lo largo del film confiere a éste un cierto aire folletinesco, que podría inspirar risa más que escalofríos. Pero el caso es que no hay ni un solo personaje de psicología normal en todo el relato. Todos están mentalmente tarados. Todos son perversos e hipócritas. Especialmente el personaje de la hermana de la protagonista que resulta ser un muestrario ideal para un talentudo psiquiatra: enajenación mental, ninfomanía, alcoholismo, cleptomanía, simulación..., etc.
La secuencia final, con su formidable ensalada de tiros y muertes, es un digno remate a tanta estúpida anormalidad.
Yo pienso que éste es el tipo de films más peligroso para la higiene mental colectiva de las gentes. Aparte de que resulta ser una invitación al histerismo de las masas y que lleva a la idiotización inmediata de los espectadores.
Lo peor de todo este asunto no es ni el argumento, ni la puesta en escena, ni los personajes, banda sonora, movimientos de cámara y demás. Lo verdaderamente dramático es que “LIGERAMENTE ESCARLATA” no nos cuenta historias, sino que desnuda y nos muestra una sociedad que ya era así antes de nosotros haber nacido.
Si no me creen, vean los telediarios, los programas “basura-TV”, así como la prensa corriente plagada de eventos a cual peor.
César R. Docampo
No hay comentarios:
Publicar un comentario