"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 14 de septiembre de 2014

EL ÚLTIMO TANGO DE FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ (39)
MensajePublicado: 23 Nov 2007 23:26 Asunto: ADIOS Y HASTA LUEGO:Responder citando

A FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ, NUESTRO MEJOR ACTOR "CÓMICO" DE TODOS LOS TIEMPOS. ¿Recuerdan ustedes el final de Tiempos Modernos? Charlot abandonaba la fábrica, se colocaba el sombrero, colgaba su hatillo del codo del brazo izquierdo, y se largaba de la ciudad, dejando atrás el mundo moderno del maquinismo. Lo mismo acaba de hacer Fernando Fernán-Gómez, después de haber recorrido todos los caminos con pasión, curiosidad y sabiduría. Se nos fue del mundo actual, en el momento mismo cuando la ciencia, en Japón y en los EEUU, en las Universidades de Kioto y Wisconsin, acaban de demostrarnos que es posible obtener células madre para regenerar órganos y tejidos sin necesidad de recurrir a la clonación ni utilizar embriones. Pronto los hombres vivirán doscientos años. Mientras, nuestro actor “cómico”, este argentino nacido en Lima, se nos fue a los 86 años de edad. La Aventura de la vida: Dos células; un óvulo y un espermatozoo, con su formidable potencia en su desarrollo, desde el embrión hasta su muerte, nos invitan a preguntarnos ¿Cuál es el Porvenir del hombre? . . . El existencialismo absoluto suplantó el espíritu por la materia, cifrando la felicidad en la satisfacción de nuestras funciones vegetativas. Al no conseguirlo, cayó en el aburrimiento, en la desesperación y angustia tan corrientes en el mundo moderno. De este modo, para Albert Camus el mundo no tenía sentido ni lógica. Un niño enfermo y sufriendo revelaba lo incomprensible del mundo y de la vida. Dostoievski, en cambio, supo hacer, de lo absurdo, un misterio. Cualquier muerte nos sitúa en ese perenne anhelo existencialista, anhelo por desvelar el misterio de nuestro destino, del porvenir del alma tras la muerte física. Es la eterna congoja unamuniana que muchos califican por su ensombrecimiento final; esa eterna y anhelante duda en busca de Dios y del alma superviviente, traducida en fe a base de dudas e incertidumbres, entre el…: “… todo es nada, nada, nada… y hedionda nada que al soñarla apesta…”, de su feroz poema “Al Cristo yacente de Santa Clara”, y el misticismo sobrecogedor que Unamuno vierte en frases como ésta: “… Dicen las Escrituras que quien ve a Dios se muere. Yo anhelo verle, verle un momento, y morir luego, morir del todo, aunque sea para que Él viva. Y si Él vive, ¿qué significa eso de morir…?”. O aquella otra que podemos leer en el cementerio de Salamanca, en un nicho pegado a la pared: “… Padre Eterno guárdame en tu pecho que vengo cansado del duro bregar”, Miguel de Unamuno. . . . Fernando Fernán-Gómez vivió y ha muerto como un hereje en grado sumo. En su velatorio, en lugar del crucifijo, presidía la bandera republicana. En todos los periódicos he podido recordar todas las virtudes de rostro humano que le adornaron, más algunos defectos silenciados de su cauce personal e íntimo. Porque fue lo que fue, odiaba disfraces y mimetismos. Fue un hombre cuya visión de las cosas ofrecía la temeridad de diferir de la nuestra. Cualidad propia de los seres brillantes. Un hombre con su peculiar filosofía, completamente “equivocada” y completamente coherente, porque heredó, asimiló y revitalizó todas la fórmulas estéticas de la España nacional catolicista. Desde “La mies es mucha” y “Balarrasa”, hasta “El viaje a ninguna parte”, “El Abuelo”, “El espíritu de la colmena”, “La lengua de las mariposas”, “Belle Epoque”, etc., en todas sus películas representa nuestra España “cañí”: esa especie de realismo o mestizaje formal donde el esperpento, el sainete y la astracanada, torsionan el mundo costumbrista desplazándolo hacia un realismo satírico de nuevo cuño. Fernando Fernán-Gómez, siendo uno solo, tuvo el don de representarnos a todos. Fue cura de misa y trabuco, liberal y absolutista, falangista, republicano, héroe de Cuba, caballero con honra y sin fortuna. Se empeño en parecer malo, pero nunca lo consiguió. Y así se nos fue a los Campos del Universo. Al son de un tango. ¡Descanse en paz! César R. Docampo
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http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2007/11/24/el-ultimo-tango-fernando-fernan-gomez-39-/ 2007-11-24T14:40:35Z

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