"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 15 de septiembre de 2014

EL SÍNDROME DE CAPERUCITA ROJA (98)
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DEDICADO A “ojos verdes”. ¿Recuerda usted aquella parábola hindú... ...que habla de un alto oficial del gobierno que cayó en desgracia ante su rey y fue encerrado en una torre? Una noche iluminada por la luna, el prisionero vio a su esposa a los pies de la torre. Estaba untando con miel las antenas de un escarabajo. Después de atarle un hilo de seda al cuerpo, apuntó el insecto hacia arriba en dirección a la ventana de la torre donde se encontraba su marido. Tentado por el olor de la miel, el escarabajo trepó por la pared. Finalmente, el prisionero lo capturó, le quitó el hilo de seda y liberó al insecto. Tirando del hilo se dio cuenta de que se volvía cada vez más pesado. Atado a él había un hilo de algodón y a éste una cuerda más pesada, la cual, a su vez, estaba amarrada a una fuerte soga con la que escapó. Moraleja: La salvación del hombre está siempre en la mujer. Así de claro. . . . Y estoy seguro que “ojos verdes”, en cuanto a esto, estará de acuerdo conmigo. Pero es que además, “ojos verdes”, bisbisea en alta voz los derechos de las mujeres maltratadas. En estos términos: ==================================== Yo tengo derecho a no ser golpeada jamás Yo tengo el derecho de cambiar la situación Yo tengo el derecho de vivir libre del temor a ser golpeada Yo tengo el derecho de requerir y esperar una correcta atención por parte de la policía y los sistemas de atención que necesite Yo tengo el derecho de compartir mis sentimientos y no ser aislada de familiares, amigos y otras personas Yo tengo derecho a ser tratada como una persona adulta Yo tengo derecho a salir de un ambiente de maltrato Yo tengo derecho a mi privacidad Yo tengo el derecho de expresar mis propios pensamientos y sentimientos Yo tengo derecho a desarrollar mis habilidades y talento personal Yo tengo el derecho de denunciar a mi esposo/compañero golpeador Yo tengo derecho a no ser perfecta. ============================= Está muy bien. Pero, cuando usted, “ojos verdes”, enarbola una carta reivindicando los derechos de las mujeres maltratadas, está usted consolidando o, mejor dicho, describiendo un gremio: El de mujeres desconsoladas. ¿No se da cuenta de que las palabras crean la realidad? ¿No se da cuenta de que reafirma el síndrome Mari-Pili? Hasta hace poco todo el conocimiento había estado construido con voces masculinas: Especialmente en los campos Filosófico y Matemático. En toda la Historia de la Filosofía, hasta hace poco, no había más de cuatro nombres de mujer: Edith Stein, Vagni Rovigni, Simone de Beauvoir y nuestra María Zambrano, nacida en Vélez Málaga. ¿Qué hacían mientras tanto las mujeres? Las mujeres estaban en los conventos, autoinmolándose, marginadas bajo esa especie de “miedo a ser”. Paso por alto aquella desconsiderada expresión de Rosenberg, después de Göebbels, el mayor ideólogo del III Reich. Cuando Rosenberg mentaba a las mujeres, decía: Para ellas las tres KKK: Kirche (Iglesia), Küche (cocina) y Kinds (niños). Ante tal situación, yo creo que... … para que la mujer se encuentre en su casa, sin ser concebida como los animales domésticos ni verse obligada a acoplarse al patriarcado, DEBE DE UNA MALDITA VEZ, AUTO-AFIRMARSE Y SIN MIEDO A SER LO QUE ES: ¡Fuera esa bobada de la IGUALDAD! ¡LA MUJER ES DIFERENTE AL HOMBRE! ¡¡¡SUPERIOR AL HOMBRE!!! Si la mujer pretendiera ser igual al hombre, jamás podría derruir la ciudadela de los privilegios masculinos. Se encontrará con un montón de “Monchos” que le dirán: ¡Venga, vamos, sed buenas y portaros bien! . . . A ver cuando os enteráis las mujeres de que eso de la Igualdad es una chorrada. Esa palabra tan desaborida (Igualdad de género) no os lleva a ninguna parte. Las mujeres, a ver si os enteráis de una vez, tenéis que hablarle a los hombres, no de igual a igual, sino “de diferente a diferente”. ¿Es que todavía no os habéis enterado de que las caderas de una mujer son diferentes a las de los hombres? ¿Es que tenéis "miedo a ser"? Una catedrática de la Universidad de Barcelona, Carmen García Ribas, acaba de publicar un libro con el título de “Miedo a ser”. “Miedo a ser” pretende romper moldes. Pretende ayudar a las mujeres a encontrar su propia identidad al margen de los modelos establecidos por la sociedad. En esta nuestra sociedad, las mujeres aprenden modelos de liderazgo conocidos y formas que no le son propias. Y por ello las mujeres están comunicando desde la impostura, desde estereotipos falsos bajo el miedo de no ser aceptadas. El ‘miedo a ser’ limita la capacidad de ser de las mujeres, lastra su inteligencia y su suficiencia, impidiendo que la sociedad se beneficie de todo su saber. El ‘miedo a ser’ no es algo baladí, es una enorme barrera en el camino de las mujeres que cuesta mucho levantar, a veces porque el precio que debe pagarse por saltarse esa barrera es demasiado alto y otras porque como ese ‘miedo a ser’ no se reconoce es imposible aceptar que existe. “Carmen García Ribas en su obra “Miedo a ser” explica algunas de las motivaciones más profundas que llevan a menudo a las mujeres a aceptar situaciones que no les son favorables como seres humanos libres: Situaciones que, por inconscientes y arraigadas, son tan difíciles de modificar. Contra las que, “ojos verdes” alza un catálogo de DERECHOS. Y os dice que tenéis que cambiar de chip. Porque sois lo mejor, pero a mitad de camino por ese “Miedo a ser”. Además vegetáis en una “sociedad” sin valores (¡Venga, sed buenas, portaros bien!); en una “suciedad” de aguas calientes, sin perspectivas en esta “cena para dos”. ¿Por qué pertenecéis a un gremio tan poco dado a “rechazar clientes”? Os aconsejo la lectura de “Miedo a ser”, de Carmen García Ribas. Os aconsejo que veáis la película “La Ola” (Die Welle), dirigida por Dennis Gansel y que acaba de estrenarse en España. Una película basada en hechos reales, un canto a la autocracia. Fuera Mari-Pilis y Caperucitas Rojas. Madres, esposas, hermanas, hijas, nietas y tataranietas, que nadie os avasalle. Sed autócratas, y el mundo ha de volver a ser vuestro. Porque, “ojos verdes”, como escribió Ramón y Cajal: Hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan ser cortados por un cabello de mujer. César R. Docampo

http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2008/11/29/el-sindrome-caperucita-roja-98-/
2008-11-29T15:43:35Z
César latabernadelosmares@yahoo.es

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