"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿CRISIS DEL CAPITALISMO? (140) “EL SISTEMA CAPITALISTA ESTÁ AGOTADO”, dicen algunos entendidos, entre ellos el escritor y catedrático emérito de economía D. José Luis Sampedro. Veamos: ============== CONTINUACIÓN... Las bases económicas de las ideas expuestas en el “MANIFIESTO COMUNISTA” por Marx y Engels, las desarrolla Carlos Marx en “EL CAPITAL”. En esta obra resalta la interpretación económica de la Historia moderna, especialmente el proceso de la revolución industrial y técnica, así como la mostración de los conflictos internos que ha experimentado y deberá seguir experimentando la burguesía hasta su destronamiento por el proletariado. Este destronamiento de la burguesía por el proletariado, primero fue concebido por Marx como una lucha violenta, conducida por una élite revolucionaria, y, luego, la concibió en forma de lucha más larga, pero más tenaz, bajo la égida de los partidos socialistas y/o comunistas). En “El CAPITAL” expone Marx su filosofía económica. En síntesis, he aquí los puntos principales. PRIMERO: Los productos lanzados al mercado tienen un precio. SEGUNDO: Para la obtención de estos productos, se usa el trabajo de los asalariados; trabajo que, asimismo, tiene un precio. TERCERO: Lo producido por el asalariado tiene un precio o, mejor dicho, un “valor” superior al salario recibido por el trabajador (y esto, descontando los costos de producción, distribución, amortización de capital, etc.). Este “plus” es la “plusvalía” que le es arrebatada al trabajador por el capitalista. La teoría de la “PLUS-VALÍA” es la más importante de las tesis económico-sociales que Marx expone en el “DAS KAPITAL”. Expuesta de otra forma, sería así: Los capitalistas pagan a los trabajadores un salario tal que sea suficiente para cubrir los gastos y conservación de la mano de obra (“valor de cambio”). Pero, el “valor de utilidad” del producto del trabajo, el procurado en el mercado libre, es mayor. Esta diferencia o “Plus-valía” se la embolsa el patrono. Por eso, el CAPITALISMO se denomina la explotación del trabajador. Lo puede hacer el capitalista porque está en posesión de los medios de producción. Sin trabajar él, llega por ese medio (explotando al pueblo trabajador) a acumular riquezas en proporción creciente. Pero, justamente, esta acumulación llevará a la expropiación de los expropiadores, porque crea el proletariado y, con ello, una reacción de signo contrario. Una vez que el proletariado caiga en la cuenta de su situación inhumana, marchará a la lucha, conquistará la dictadura, se adueñará de los bienes de producción y eliminará, por este medio, a los antiguos contrarios (capitalismo y proletariado), superándolos en una más alta síntesis, que es la sociedad sin clases. . . . (NOTA IMPORTANTE: Llegados aquí, ojo, es donde a mi juicio expone Marx la realidad y argumentación más irrefutables como alegatos contra el CAPITALISMO. El Capitalismo (viene a decirnos Marx) sería fantástico si nos condujera a una sociedad en la que, cada vez, fuese aumentando más y más el número de “poseedores y opresores”, y por consiguiente disminuyendo el número de “desposeídos y oprimidos”. Lo malo es que acontece al revés). Veámoslo: CUARTO: Tanto el progreso técnico, como las necesidades de la competencia, obligan a los capitalistas a formar grandes monopolios, destruyendo, de este modo, a las empresas pequeñas y a la clase social (la “pequeña burguesía”) poseedora de tales empresas. QUINTO: Y así, surgen inevitablemente las CRISIS EN EL MERCADO CAPITALISTA (por ejemplo, crisis de superproducción). Estas crisis producen conflictos (incluyendo guerras) en el curso de los cuales el CAPITALISMO se autodestruye. SEXTO: Luego EL CAPITALISMO lleva consigo el siguiente anatema: El número de proletarios (“desposeídos” y “oprimidos”) aumenta a medida que el número de capitalistas (“poseedores” y “opresores”) disminuye. . . . CONCLUSIÓN: Primera: En este aspecto, la Historia le ha dado y dará siempre la razón a Marx. Queremos decir con ello que el CAPITALISMO no es, ni mucho menos, el mejor de los regímenes económicos. Es, desde aquí, donde arranca la Encíclica “RERUM NOVARUM” de León XIII. Encíclica en la que se desarrolla un nuevo concepto de justicia, la JUSTICIA SOCIAL. Lo que se requiere pero no basta para que un salario sea justo. La participación en la propiedad y beneficios de la empresa. La cogestión de empresas, etc. Por cierto, doctrina que se aplicó en algún lugar de España: Ignacio Coca en su empresa de hilaturas en Béjar, y también en el conjunto de Empresas Mondragón en el País Vasco. Segunda: Todas las ideas que he expuesto en estas dos colaboraciones, no son mías. Son ideas de Marx y Engels. Ideas retomadas por Marx y Engels, de la filosofía alemana (Hegel y demás filósofos de la corte del Estado prusiano), de los economistas ingleses (Robert Owen, Ricardo Quesnay), del socialismo utópico francés (Fourier, Proudhon, Saint Simon, Blanc, Lerroux, también el Padre Cabet) y de los anarquistas rusos como Bakunin, quien abandonó el ejército del Zar para estudiar a Hegel en Moscú. Tercera: Siempre que yo tenía que explicar la revolución espiritual de la izquierda hegeliana, los materialismos histórico (Marx) y dialéctico (F. Engels), así como la moda de la Alienación (sociedad capitalista, propiedad privada, sociedad colectivizada, a Bottmore, Erich Fromm y Marcuse), para algunos alumnos, era yo un rojo comunista. Y cuando, a continuación, siguiendo el programa, me tocaba explicar a F. Nietzsche, resultaba que yo (para otros de mis discípulos) era un “facha”. Una vez, en el instituto de Ronda, ese que está allá en lo alto, frente al cuartel de la Legión, después de un examen sobre el “Nihilismo y la Voluntad de Poder” en Nietzsche, me encontré con una pintada en un pupitre que decía: “Nazzimiento de la Filosofía Contemporánea por Docampo de Concentración”. Me sonreí con muchísimo agrado, celebrando la agudeza de aquel alumno. Toda la culpa era mía: Me había cortado el pelo casi al rape. De vez en cuando, iba a dar clase con una camisa de color caqui. De las rebajas. Me había costado 500 pts. . . . César R. Docampo http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2009/01/27/-crisis-del-capitalismo-140-/ 2009-01-27T00:18:13Z César latabernadelosmares@yahoo.es

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