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Yo recuerdo aquella vez que la princesa Ana, la hija de la Reina de Inglaterra, fue de visita a Australia. Se bajó del avión y subió al podium para escuchar el himno "Dios salve a la Reina". En esto, una fuerte ráfaga de aire levantó las ropas de la princesa. A sus espaldas estaba un fotógrafo que disparó su cámara. Al día siguiente, en todos los periódicos de la Commonwealth, se pudieron ver las bragas y el culo de la princesa. Y la gente exclamaba: ¡Ah! ¿Pero las Princesas también tienen culo?
Pues sí; las Princesas y los Reyes, Infantas y Duques, son personas de carne y hueso como todos los demás. No entiendo cómo se ha formado tanto escándalo por la historia del duque de Palma. Las andanzas del señor Urdangarin no son ni más ni menos que las andanzas de cientos o miles de políticos a quienes se les imputan supuestos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y demás prevaricaciones. ¡Y no pasa nada! ¿A qué viene tanto revuelo por que el Duque de Palma se comporte y sea como los demás, si todos somos iguales?
Aristóteles inaugura su Metafísica diciendo: "Pantes ánzropoi tû eidénai orégontai físei" = "Todos los hombres desean CONOCER por naturaleza". Que bien podríamos extrapolar afirmando: Todos los hombres tenemos nuestras manías, nuestras aventuras y amoríos; a veces incluso amores adúlteros, de obra o de pensamiento, por Naturaleza, interpretando el término y su concepto "conocer" en el sentido bíblico. Así en todos los humanos, luego también en los Reyes. Valga un ejemplo. Este:
http://anecdotas-historia.blogspot.com/2011/01/alfonso-xii-y-sus-amores.html
Y quien piense que no es así, que tire la primera piedra
César R. Docampo
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