"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

sábado, 20 de septiembre de 2014

LO QUE DAMOS A LOS DEMÁS, REGRESARÁ EN BIEN NUESTRO.


LO QUE DAMOS A LOS DEMÁS, REGRESARÁ EN BIEN NUESTRO. EN EL REFRANERO, SE DICE: "Cosecharás lo que siembres. Si siembras vientos, cosechas tempestades". ==================== La Sociedad no hace más que devolvernos el ECO de lo que le damos. Pero, como el sembrador, debemos esperar. La cosecha no es de mañana, es para mañana… Hay que tener Fe en la Tierra, en el Cielo y en la siembra toda… Esto no le va a la Filosofía de cortos vuelos ni a la del placer inmediato o nada… Escucha una Historia que deseamos compartir contigo. LA HISTORIA DEL VIEJO GRANJERO ESCOCÉS. Se llamaba Fleming y era un pobre granjero escocés… Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento, pidiendo ayuda, que provenía de un pantano cercano. Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría haber sido una lenta y espantosa muerte. Al día siguiente, llegó un carruaje muy desenvuelto a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó, como el padre del muchacho, al que el granjero Fleming había ayudado. -Yo quiero recompensarlo a usted -le dijo el noble-. Porque usted salvó la vida de mi hijo. -No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice -contestó el granjero. En ese momento, el hijo del granjero se asomó a la puerta de la cabaña. -¿Es su hijo?, preguntó el noble. -Sí, contestó el granjero. -Entonces -dijo el noble-, le propongo hacer un trato: Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación del que disfrutará mi hijo. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre, del que nosotros dos nos sentiremos orgullosos. El granjero aceptó. El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y, al tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres, y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina. Años después, el hijo del mismo noble, salvado del pantano, estaba enfermo de pulmonía. ¿Quién le salvó la vida esta vez?… La penicilina. ¿El nombre del noble?... Sir Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo?... Sir Winston Churchill. Alguien dijo una vez: ¡LO QUE DAS, REGRESA! Trabaja, como si no necesitaras el dinero. Ama, como si nunca hubieses sido herido. Baila, como si nadie estuviera mirando. Canta, como si nadie escuchara. Y vive, como si fuese el Cielo en la Tierra. César R. Docampo http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2011/01/31/lo-damos-los-demas-regresara-bien-nuestro-/ 2011-01-31T07:18:42Z César latabernadelosmares@yahoo.es

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