"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 16 de septiembre de 2014

AQUELLOS DÍAS DE LA HISPANIDAD...


AQUELLOS DÍAS DE LA "HISPANIDAD".
...TEXTO QUE HACE TRES AÑOS PUBLICAMOS, AL DÍA SIGUIENTE DEL DESFILE MILITAR POR LA CASTELLANA DE MADRID. LEAN Y COMPAREN CON LO QUE VEREMOS MAÑANA. Después de haber visto por TVE el desfile de las Fuerzas Armadas, después de haber oído los abucheos y gritos contra el Presidente Zapatero, abucheos que él dijo admitir encantado porque en Esapña hay libertad de expresión, pero en cambio (por si un acaso) él llegó y se fue por la puerta de atrás. Tras asistir a una agria y exaltada discusión entre nuestra Vicepresidenta Teresa Fdz. de la Vega con la Presidenta del Tribunal Constitucional doña Emilia Casas Bahamonde, desabrida disputa escenificada a la vista de todo el mundo. Después de que el Rey abrazase muy afectuoso y cordial a Miguel Ángel Revilla, Presidente cántabro, y, en cambio lo hiciese con desgana y frialdad con Mariano Rajoy. Cuando todos se subieron a sus magníficos y bien blindados cochazos, rodeados de escoltas para llegar hasta el Palacio de Oriente, y otra vez el tercer choque de manos, el resto de España mientras tanto iba tirando como podía. El día de la Hispanidad lo celebraban macanudamente esos mil previlegiados, dándose un banquetazo por todo lo alto a cargo del anónimo contribuyente. Al final, puestos todos en pie y alzando las copas, escucharon que para nuestro Rey había sido una mañana fenomenal. Después de visto y oído todo lo cual, la mente va y me dice: Entra en tu Taberna de los Mares, saluda a los allí presentes, sube a tu despacho, enciende tu ordenador y escribe: ES-PA-ÑA es una palabra trisílaba. ESPAÑA es el suelo donde nací, por donde vengo transitando, donde tengo hogar, y donde hay escondido un trocito de tierra para mi última morada donde reposen (algún día) mis huesos. ESPAÑA es un ente de razón con fundamento "in re". A mí, todo cuanto me da España, primero me lo cobra. A veces nos desamamanta. Soy español, quiero ser español, amo a esta bandera, pero estoy (además o también) obligado a escuchar a quienes no piensan lo mismo que yo: . . . Después alargué un brazo para recoger un libro. Y, abriéndolo al azar, me encontré con un nombre que decía: Gabriel Celaya (1911-1991). Y comencé a leer lo que sigue: "Nosotros, euskaldunes, últimos iberos, sabemos mucho más que los que dan lecciones qué quiere decir patria, quién somos, qué podemos. Nosotros, levantados contra los invasores godos, árabes, romanos, que escupimos afuera, y contra esos mestizos de moros y latinos llamados españoles, defendemos lo nuestro y enrabiamos la furia de una luz sin perdones y una verdad de origen que arrancamos del fondo sagrado de lo ibero. Nosotros, no vosotros que os vendisteis a todos, conservamos aún nuestro solar indemne, hijos de poca sangre, madrileños mendaces, horteras centralistas, peleles patrioteros. Hay que revasquizar España, iberizarla, salvarla del poder abstracto y absoluto, volver a nuestras tribus, nuestro federalismo, nuestra alegría fiera, nuestro respirar limpio, nuestro no al centralismo francés y su dominio. Pues ¿quién le dio a España estado? Don Felipe de Borbón que nos unió a la francesa con compás y cartabón dando por ley su "raison". Y no, "monsieur", no, señor. Que aquí sólo existe Iberia: Cataluña y Aragón, Andalucía y Galicia, Euskadi y Extremadura, Valencia, Murcia y Asturias, las Castillas y León. Y nuestros pueblos libres, alzados, saben hoy bien en dónde está la traición: En el capitalismo y en el centralizador Madrid de los oligarcas y del Gobierno opresor. Gabriel CELAYA ("Iberia sumergida", Los últimos iberos) . . . Después de cerrar aquel libro con los versos de Gabriel Celaya, me quedé pensando: "Día de la Hispanidad... ¿Hispanidad? ¿Eso qué es? ¿Un banquete más que celebran nuestros gloriosos políticos? España, ¿qué es España? ¿Dónde está España? ¿Dónde comienza y dónde acaba La España de la que siempre me hablaban con respeto, y ahora no la veo por ninguna parte? ¿Qué hacen nuestros políticos por España? A mi, ahora, ¿qué me da España?, se preguntan los cinco millones de parados; las familias que no llegan a final de mes; tantos y tantos jóvenes universitarios con su carisma tabú (su cultura abstracta e inútil) para encontrar un puesto de trabajo aquí en su España. ¡Qué grande es la fiereza de un país saqueado! César R. Docampo (13 Octubre 2007)
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http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2010/10/11/aquellos-dias-la-hispanidad-/ 2010-10-11T08:37:25Z
César latabernadelosmares@yahoo.es

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