"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 21 de septiembre de 2014

ROMANCE DE UNA DIOSA ENAMORADA (IV).


ROMANCE DE UNA DIOSA ENAMORADA (IV) Cuarto Episodio: EL AMOR EN AQUELLOS GRANDES IMPERIOS. Habla Afrodita antes del Diluvio, cuando la dinastía de Gilgamesh y sus rivalidades que sólo acababan dentro de lujosas tumbas, haciéndose acompañar por docenas de servidores sacrificados para tal ocasión… Ese es el contexto en el que escribe Afrodita, último aliento de una Diosa Hembra Animal, inspirándose en el relieve que se conserva en el British Museum de Londres donde apreciamos cómo una Leona ataca y derriba a un nubio. ... ... ... Dice la Diosa AFRODITA: Yo he leído a todos los poetas, desde la ocupación de Babilonia por la dinastía Kassita, hasta el Ampurdán con sus noches de amor y estraperlo. He besado los labios de otros hombres, he sentido sus manos acariciando mi cuerpo, y esas miradas que atraviesan el alma sin lutos y sin recuerdos. Yo he desandado los senderos inciertos de los caminos repletos de lujuria; he desbancado a mujeres muy hermosas, genuinas de tierras exóticas y bellas. He gustado el perfume de las lilas, dejándolas muertas en las dunas de los desiertos arcaicos y lejanos. He lamido las dulces coyunturas de los astros rabiosos del verano. He jugado con la arena de las playas. He besado las olas de los mares. He perseguido a las golondrinas destrozando sus nidos inacabados. He viajado con el alba hacia los sueños. Yo he dejado a las quimeras sin sus reclamos azules, y he volado al lado de las estrellas a través del infinito cielo y sus engaños, en un juego (al fin) eterno y blanco…, pero siempre supe que tu voz estaba allí, esperando mis caricias y mis besos ignorados por los otros. Y te esperaba, te esperé sin saber por qué. Te deseaba, te deseé, te busqué y… te encontré cuando volvías de otros poemas, de otros versos con el duelo abrazado a tu cintura, con tu mirada entristecida y tus manos deseosas de paz y de ternura. Y, así, hoy, que te dejé penetrar en mi universo, en mi misterio y en mis secretos…, hoy te arrebujaste en “mi regazo” porque sabes que te quise siempre y que te quiero. (Más tarde, después de ciento y pico de años) Volveré a esos rincones olvidados de mi alcoba de virgen impaciente. Arrodillaré mi tristeza en los lejanos ecos de la madreselva. Recorreré con mi sandalia errante los jardines plenos de mimosas y de estrellas. Daré de beber a los sedientos, a los hombres lujuriosos; a los sin patria, a los lascivos y a los que no tienen una cabaña para descansar sus huesos. Daré de beber a los ilusos, a los incompetentes, a esos que no saben amar a una mujer porque no tienen las manos sabias de Morfeo. Elegiré a los que temen ser amados, a los que no tienen en sus bocas besos para calmar las ansias de lujuria de las novicias, de las que más tarde buscarían a Dios, y le dirían rezando que limpie sus deseos. Desnudaré los senderos de los mendigos que quisieron mirarse en mis requiebros. Y romperé los estrechos lazos que me unen con los muertos. Voy a cincelar en mi cintura todos los misterios…; el enigma de la Vida, aquellos sustantivos y estos deslavazados versos. Juntaré el Cielo con la Tierra. Me guardaré de consultar a las hadas de los cuentos infantiles. Y, cuando aparezcan los gnomos, bendeciré mil veces nuestro enamorado territorio donde la miel y el espliego separan la tristeza, la pena y la melancolía del cielo luminoso de cualquier atardecer incierto… Divagaciones. Te quiero. AFRODITA. (AACH, en Ajeiverrot) C.R.D. http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2011/04/15/romance-diosa-enamorada-iv-/ 2011-04-15T15:11:57Z César latabernadelosmares@yahoo.es

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