LA INVISIBILIDAD CIBERNÉTICA ES UNIVERSAL.
Deseo y pretendo asomarme a la relación entre una Filosofía Cibernética y los aspectos invisibles e intangibles del Universo porque existe una Física de lo Oculto. El hecho es que, si nuestro Universo tiene un propòsito y un significado, por esta misma razón, una parte importante debe estar oculta.
El famoso "argumento del diseño" nos dice que si examinamos un objeto que aparentemente tiene un propósito, (por ejemplo, un reloj), el sentido común nos indica que en algún lugar tiene que haber un relojero, porque los relojes no caen de los árboles. Y, hablando de los árboles, los árboles también manifiestan tener una función con sentido, de hecho mucho más compleja y técnica que un reloj. Y por tanto, los defensores de este argumento insisten en que este hecho prueba que debe haber un diseñador o creador de árboles.
Este argumento tiene dos grandes defectos. Por una parte sugiere que Dios está hecho a imagen del hombre y que, puesto que los artefactos humanos requieren un diseñador humano, las creaciones naturales, igual que los árboles, requieren "diseñadores naturales", y por consiguiente la necesidad de "Dios".
El segundo defecto que se encuentra en esta argumentación es que no se puede demostrar. ¡Nadie ha visto a Dios diseñando árboles! En realidad, este último argumento es la mejor prueba de la veracidad del argumento del diseño, porque los diseñadores son intrínsecamente invisibles. Y, entonces, la verdadera prueba del asunto señala a la Lógica cibernética.
El aspecto principal del arte cibernético es el diseño y la utilización de sistemas que funcionan eficazmente. Un ejemplo es un sistema de aterrizaje automático para aviones controlado por ordenador. Otro ejemplo, mucho mejor, sería un árbol. Pero quizás el mejor ejemplo de todos podría seer un árbol, o quizás el propio hombre. En todos estos casos se trata de sistemas en los que muchos componentes trabajan a la vez para desarrollar una función eficaz de conjunto. En estos tres ejemplos, lo que vemos por fuera es una función eficaz muy compleja. En la Naturaleza observamos esto desde la diminuta escala de los átomos hasta el nivel de la biosfera completa, que revela un grado extraordinario de equilibrio de fuerzas sistemático.
Y supuesto que El Sol desempeña un papel fundamental en este sistema, es razonable concluir con esta evidencia como base de que, al menos, nuestro sistema Solar sea completo desde su totalidad hasta sus más pequeños fragmentos, y que esté desarrollando una función eficaz compleja.
Como seres humanos, todo cuanto podemos ver en la Naturaleza es este diseño sistemático y, de hecho, de esto es de lo que trata la Ciencia.
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