Desde aquella inolvidable "PENSIÓN AVENIDA": "A UNOS OJOS".
A unos ojos donde nació la alborada
y son establo callado del mito,
campanario lejano,
fresales dormidos...
A unos ojos que no sé si olvidarlos,
si peregrinar por verlos,
si arrodillarme y conocerlos,
si, aventurando el corazón,
amarlos.
Si tus ojos se van...
Abrasaré mi piel contra el recuerdo,
llevaré mi corazón al mercado
-canción salvaje-
gritando.
Si tus ojos se van...
pondré luto en todas las cabañas,
corbatas negras en todos los fresales,
y estará Dios con alas blancas
-cuando yo lance un grito al anochecer-
sepultando el firmamento y el caballo de mi vida
bajo las aguas.
Cuando ciñas tu chal para el último viaje
y sientas la alegría de tu aventura,
cuando alguien cierre tus ojos, y su hermosura
se entierre bajo el lomo oscuro de los puentes,
recordaré
-¡qué triste!-
todas las imágenes
que, sobre el fondo de tus ojos,
duermen.
A unos ojos, que no sé si olvidarlos,
si peregrinar por verlos,
si arrodillarme y conocerlos,
si, aventurando el corazón,
amarlos.
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