"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 10 de abril de 2017

¿EXISTE UNA CIENCIA DE LAS ANTICIPACIONES?

¿EXISTE UNA CIENCIA DE LAS ANTICIPACIONES?
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Explica Aristóteles que, antes de que exista una cosa, es indispensable que exista el principio por el cual esa cosa es posible y tiende a los fines que le son propios.
El sabio griego llama "entelequias" a esos principios y hace depender de ellos la razón de ser de cuanto existe en el mundo, tanto en lo infinitamente grande como en lo infinitamente pequeño, lo que tiene existencia individual o forma conglomerados indiferenciados, lo que se mueve por sus propios medios o es movido por voluntades o fuerzas exteriores.
De acuerdo con con ese concepto del Universo, los frutos que penden del árbol están, en potencia, en la semilla, y ésta lo está en la entelequia que hace posible el árbol, la flor, los frutos y la misión que todo ello cumple en la evolución individual de quien los come, siendo, por lo tanto, perfectamente posible anticipar el resultado ulterior de una cosa, si conocemos la progresión que sigue la "entelequia" en que una cosa tiene su principio y, pudiendo saberse en el instante de partida lo que vamos a encontrar en el de la llegada. ¿Ha existido o puede existir una ciencia que provea tal conocimiento?
Los libros sagrados de todas las religiones afirman que sí, y los numerosos pronósticos que anticiparon con fidelidad lo que habría de ocurrir siglos más tarde, prueban su posibilidad. ¿Qué falta, o qué sobra, para que hasta ahora no se coordinasen los elementos y se estableciesen las reglas que capaciten a todos para servirse de esa Ciencia con la misma efectividad que lo hicieron unos pocos?
Toda ciencia está supeditada a las aptitudes naturales de quien se sirve de ella, y ni siempre produce los mismos resultados al ser aplicada por diferentes individuos, ni siquiera el mismo individuo logra iguales efectos si la utiliza en condiciones diferentes, ocurriendo, además, que no sólo no hay una ciencia que se baste a sí misma, sino que no existe cerebro capaz de conocer todo lo que una ciencia abarca. En lo que a la predicción se refiere, es fama que Colón impresionó profundamente a los aborígenes de Santo Domingo al anticipar con rigurosa exactitud el instante en que tendría efecto un eclipse.
Y, al ser la predicción una necesidad natural -y lo es por cuanto todo lo que ocurre en determinado instante, se vincula a algo que ha ocurrido en el pasado y ocurrirá en el porvenir, es evidente que tiene que existir un medio de satisfacer esa necesidad, medio que exigiendo el concurso de diversos factores y aptitudes, constituye una ciencia de las anticipaciones.
Aunque tal vez, sin que jamás se poseyese otra cosa que vislumbres de la Ciencia de que hablamos, es perfectamente legítimo aceptar que ha existido y existe. Y, si bien no todas las personas disponen de aptitudes para lograr iguales resultados de ella, a todos presta un constante y valioso servicio.
Y nos preguntamos: ¿A base de qué disciplina será posible mejorar el conocimiento de esa ciencia a fin de aumentar la utilidad que rinde?

César R. Docampo.

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