HACIA UNA ESTÉTICA DE LA EXISTENCIA.
CRD.
Nos sorprende que aquello en en Francia ha dado en llamarse
"Existencialismo", se remita a la fenomenología, por
cuanto ésta era en su origen una filosofía de las esencias que se
constituía poniendo entre paréntesis todo dato de hecho, y por lo
tanto toda posición de existencia.
Laa reducción fenomenológica evidenció la intencionalidad de la
conciencia por la que todo objeto del mundo, real o ideal, remitía a
la capa o estracto primitivo de la vivencia. Así, las esencias,
lejos de constituir un mundo separado, no eran sino la explicitación
en "en el campo de la idealidad" de ese hecho masivo y
primordial que es el "ser en el mundo": "Lejos de ser,
como ha creído alguien, escribe Merleau-Ponty", la fórmula de
una filosofía existencial: El "In-der-Welt- Sein" de
Heidegger no aparece sino sobre el fondo de la reducción
fenomenológica.
Inspirándose en Heidegger, Merleau-Ponty nos dice que aquello que
la reducción pone en evidencia, y que traduciremos nosotros como
"existencia", dada la imposibilidad de expresarlo de otro
modo, es ese "ser en el mundo" o "ser en situación"
en función del cual el sujeto nunca es puro sujeto, ni el mundo puro
objeto.
Yo soy un campo, yo soy una experiencia. Un día, y una vez por
todas, ha sido puesto en marcha algo que, incluso durante el sueño,
no puede ya dejar de ver o de no ver, de sentir o de no sentir, de
sufrir o de ser dichoso, de pensar o de descansar. En una palabra, de
"explicarse con el mundo".
Pero, ¿no podemos llamar "existencia" a una certeza más
luminosa, aunque también indefinible, cuya captación en plena
claridad sería de algún modo "estética",, es decir,
independiente de toda formulación conceptual? Al parecer, una tal
evidencia sin esencia es lo que realmente pretende alcanzar Sartre
prolongando y radicalizando la reducción fenomenológica de Husserl.
CRD.
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