PERDIDOS EN LA NOCHE.
César R. Docampo
¿Por qué los padres, alguna vez comentan, entre extrañados e
indignados, cómo los jóvenes han hecho de la noche el espacio de de
sus vivencias? La noche, para los jóvenes, es un lugar de denuncia y
rebeldía ante el paro y las dificultades de su inserción social. La
noche es libertad y autonomía de los jóvenes. A veces un algo
compensastorio de la dependencia familiar y de las dificultades para
formar su familia propia.
A veces, la noche, pudiera ser un lugar de expresión de la Moda.
Una forma de identidad y, al tiempo, espacio que oculta la debilidad
del joven, o la inseguridad que en el fondo de sí tiene cada uno.
También pudiera ser un espacio de la invisible violencia de los
adultos, que facilitan la prostitución de jóvenes. O también ese
espacio de la huida juvenil de un mundo en el que hay una carencia de
proyectos comunitarios y de personal solidario. ¿No podría ser, la
noche. una máscara que utilizan jóvenes y adultos para cubrir el
miedo a un futuro nada claro?
La noche de las calles o de las cárceles, es un lugar normal en
el que viven o vejetan jóvenes prostituidos, marginados, sin techo o
prod¡cedentes de la cárcel.
España y, en general, los países mediterráneos, fueron siempre
más "noctámbulos" que otros. Pero el fenómeno que ahora
está ocurriendo es que los jóvenes emplean la noche más que el día
en fines de semana, días de ocio y de vacaciones. Y, el fin de
semana, ahora es salir el viernes por la tarde y volver el domingo de
madrugada. La noche ya no es lo que resta del día, lo que sobra,
sino lo que sustituye al día. En vacaciones sucede que los jóvenes
se levantan casi a la hora de comer, durmiendo por la mañana, comen
algo y se preparan para salir al atardecer, vivir la noche y retornar
a casa de madrugada. Lo que está sucediendo es que en buena parte
del mundo juvenil, se ha trastocado el tiempo, el día y la noche, y
el sentido que se tenía de nocturno y diurno. El mundo de los
adultos parece haber perdido la batalla sobre el control de los
horarios, y le han ganado la guerra de la noche, que es el espacio de
los jóvenes.
Incluso podríamos decir que, ahora, La Noche es más un espacio
de jóvenes inocentes que de adultos golfos.
La noche es ahora "símbolo" del presentismo y seña
clave de la identidad juvenil. La noche suspende los tiempos, el
calendario y el reloj, aparca la disciplina y el control social,
borra momentáneamente a los adultos y sus reglas. La noche posee
también un vertiginoso potencial movilizador por sus ingredientes
mágicos, aunque no conduzca a ninguna parte, pero abre el portillo a
la esperanza, necesidad absoluta de la generación juvenil y de todas
las generaciones jóvenes o adultas de todos los tiempos.
César R. Docampo
No hay comentarios:
Publicar un comentario