En las úlimas líneas de la obra de Eugene O'Neill "El gran dios Brown", hay un par de líneas sumamente evocadoras: "¡Ha pasado tanto tiempo! Y sin embargo soy el mismo, Margaret. Son sólo nuestras vidas las que han envejecido. Nosotros estamos donde los siglos se cuentan por segundos, y después de mil vidas, nuestros ojos comienzan a abrirse".
Si nuestros ojos están abiertos ahora, ¿cómo vemos el trabajo espiritual? Si nuestros ojos no están abiertos, ¿qué podemos hacer para abrirlos?.
El trabajo espiritual se suele ver como parte de un viaje que lleva hasta más allá del ego. Yo le llamo a este viaje el viaje de la creatividad interior, porque la consciencia se mueve hacia dentro para descubrir que el ego no tiene naturaleza propia fuera del Ser, de la unidad profunda.
Y una rama de la psicología, la psicología transpersonal, se ha involucrado en esta dimensión espiritual del ser humano, buscando el modo de facilitarla. Aquí hablamos de autorrealización, la percatación de que somos en realidad el yo cuántico universal, el atman, y de que tenemos la verdadera libertad del Espíritu Santo, ante el cual sometemos ocasionalmente nuestro limitado libre albedrío.
Continuará.
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