Después de la muerte de Franco no fue fácil la Transición.
Aventurarse y bregar sobre una cancha de reivindicaciones, amnistías,
miedos, conquistas de libertad y alguna que otra tormenta, tuvo sus
riesgos como veremos. Tampoco es fácil relatarlo. Nadie está en posesión
absoluta de la Verdad. Donde hay una persona hay siempre algo de
verdad; una perspectiva personal, nueva y distinta, sobre la realidad de
las cosas. Convendría escuchar a todos, sumar todas las perspectivas y
después contarlo. Por consiguiente mis palabras admitirán con
agradecimiento cualquier clase de réplica, antítesis o corrección, en la
seguridad de que en mí es verdadero todo aquello que admito en los
otros; y será falso todo aquello que les niegue a los demás. Para
convivir cohesionados y en paz dentro de los límites de un municipio,
sería conveniente acertar a exponer todos los puntos de vista y
escucharnos con respeto, en la noble aventura de sumar voluntades y
apaciguar conciencias. Recuerdo que en muchos pueblos de Sudáfrica,
cuando nace un hijo, siempre hay un miembro de la familia que lo toma en
brazos y lo levanta hacia el cielo diciendo: “Naces en un país que ha
sido capaz de perdonar y seguir adelante”. Hablar sobre Campillos me
obliga a establecer un perfil en dos dimensiones. Su Perfil Romántico:
lo perenne, lo mágico e irracional. Y en segunda instancia, el Perfil
Humano e Histórico, a ras del suelo, donde sentarse y detenernos a
pensar las cosas que acontecieron y por qué transcurrieron como
transcurrieron. Permítanme, además, decirles que yo no creo en la
objetividad, sí en la subjetividad. Lo objetal u objetivo es siempre un
“algo amorfo”, “sin forma”, es decir: carente de inteligibilidad. Así
pues, confieso que hablaré a mi aire, a mi manera, subjetivamente, por
supuesto, con entera libertad en las formas y en el fondo, sobre todo en
los temas más candentes, porque los acontecimientos de un pueblo tienen
un carácter tan venerable que exigen desenfado y un cierto coraje
frente a los embrollos de la política o las tramposas manipulaciones de
la historia. César R. Docampo.
Biografía del autor
César R. Docampo (Ourense,1934), periodista y catedrático
de Filosofía de Enseñanza Media, estudió y se licenció en Filosofía
Pura, en la Universidad Pontificia de Comillas y en la Universidad
Complutense de Madrid, más dos años de Teología en la Universidad
Pontificia de Salamanca. Realizó los cursos de Doctorado y cursó
Historia de la Música en la Universidad Hispalense de Sevilla. Realizó
dos tesis de investigación: 1) "El equilibrio pasional en los Estoicos"
(en Posidonio y Lucio Anneo Séneca), en Filosofía; y 2) "Hacia una ética
de la Televisión Informativa" (en Periodismo). Fue corresponsal de "El
Sol de España" y "El Correo de Andalucía". Hizo el ingreso para cursar
Dirección Cinematográfica, en la Antigua Escuela Oficial de Cine (calle
Montesquiza, núm. 2. Madrid). Participó en el Primer Congreso de
Escritores, celebrado en San Sebastián, en septiembre de 1968, bajo la
presidencia de Camilo José Cela, donde expuso su ponencia: "Formas
estéticas en la novelística actual". Además de su novela "La Ciudad de
los Tiempos Infinitos", tiene cuatro novelas más sin publicar. Reside en Andalucía.
NOTA IMPORTANTE:
Si ustedes desean contrastar, detalladamente, la presentación y contenido referente a mi libro sobre CAMPILLOS, pulsen sobre el texto que figura aquí mismo como continuación:
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